Este viernes, BBC Mundo publicó una entrevista en la comunidad Pu Lof, que se estableció en el lugar llamado Vuelta del Río, en Chubut, Argentina, en marzo de 2015, por ende no está allí “desde tiempos inmemoriales” como argumentan.“A Maldonado lo escondieron o lo mataron los mapuches para sacar provecho político y ganar argumentos en la lucha por el terreno”, dijo Luis Loncón, un agricultor que tiene 125 hectáreas.
Por el caso de Santiago Maldonado, un tatuador bonaerense de 28 años que desapareció hace un mes, el medio periodístico británico envió al lugar a Daniel Pardo, mostrando un nuevo episodio relacionado con la inmigración mapuche en la Argentina.
Vuelta del Río
En Vuelta del Río, el predio en el noroeste de la provincia de Chubut donde según supuestos testigos Maldonado estaba protestando enmascarado junto a indígenas mapuches que cortaban la ruta 40 antes de desaparecer, el silencio solo se interrumpe cuando pasa un automóvil.
El paraje está a 70 kilómetros al sur de la ciudad hippie donde vivía Maldonado, El Bolsón, en la provincia de Río Negro. Maldonado adhería a la causa mapuche por la recuperación de su "tierra ancestral".
El grado de la militancia de Maldonado, así como su paradero y casi todos los detalles del caso, está en discusión. En investigación. En debate. En un vigoroso enfrentamiento de versiones, entre las cuales una de las más fuertes es que fue desaparecido por Gendarmería, que divide a Argentina y que llevó a miles -de un lado y de otro lado de "la grieta"- a protestar este viernes.
Claudio Millacura Salas, coordinador académico de la cátedra indígena en la Universidad de Chile, en Santiago, le dice a BBC Mundo que el pueblo mapuche -estimado en casi 1.700.000 personas, 80% de las cuales viven en Chile- fue uno de los pocos en resistir a la conquista española durante la colonia. Pero en la segunda mitad del siglo XIX, los mapuches fueron sometidos por el ejército argentino en la llamada "Conquista del Desierto".
"En ambos países (Chile y Argentina) el pueblo mapuche fue expulsado y sus territorios ocupados", dice Millacura Salas.
Buena parte de sus tierras fueron vendidas o entregadas a inmigrantes europeos, como los vinculados a la Compañía de Tierras Sud Argentino, que llegó al país en 1891.
El Grupo Benetton
Con las estancias que posee en Vuelta del Río,Benetton suma un total de 900.000 hectáreas en la Patagonia argentina, un territorio tan grande como Puerto Rico. No es la única empresa extranjera en la zona, pero sí la más grande.
En ese terreno la firma tiene aproximadamente6.000 vacas, 40.000 ovejas, 20.000 hectáreas forestadas con pinos y 4.000 hectáreas con cultivos de avena, cebada y alfalfa, entre otras cosas.
BBC Mundo intentó visitar las estancias de Benetton y entrevistar a uno de sus voceros, pero la compañía comunicó no estar "brindando entrevistas por una cuestión de seguridad, para resguardar también a sus familias y a los empleados de la Estancia".
"Los acontecimientos están en manos de la justicia", aseguraron vía correo electrónico. Y adjuntaron un documento que detalla los ataques que personas autodenominadas mapuches han perpetrado a la empresa y terratenientes de la zona.
Se reportan hurtos de ganado, agresiones a trabajadores de la estancia (algunos de origen mapuche) y varios incendios, entre ellos el de una vieja y simbólica estación del ferrocarril (La Trochita) que construyeron los ingleses en la zona.
RAM
El 1 de agosto el grupo de mapuches de Vuelta del Río -y, al parecer, Santiago Maldonado- protestaban en la ruta 40 contra la detención de Facundo Jones Huala, un líder mapuche solicitado de extradición por Chile, que lo acusa de incendio en lugar habitado, porte ilegal de armas e infracción a la ley de extranjería.
Huala, de 31 años, es uno de los fundadores de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), un grupo que valida la lucha armada en busca de la expulsión de terratenientes como Benetton, y ha sido uno de los principales defensores de la Comunidad Pu Lof, el grupo que se asentó en Vuelta del Río en marzo de 2015.
El acceso al espacio ocupado es exclusivo para mapuches
Pero en la entrada, a 5 kilómetros del asentamiento, BBC Mundo entrevistó a uno de los voceros de la comunidad bajo el techo de una caseta que sirve de refugio para los encapuchados que hacen guardia día y noche.
"Asumimos la necesidad y el compromiso con nuestra gente para nuestro futuro de lo que es la recuperación del territorio para vivir de una forma más digna", nos dijo, mientras sus compañeros raspaban cueros de liebre con pequeños cuchillos.
Según Millacura Salas, de la Universidad de Chile,"el mapuche cree que la tierra no tiene nada que ver con lo económico". La tierra solo se interviene para la subsistencia individual, en la medida de lo necesario, buscando armonía, respeto.
El 1 de agosto no fue la primera vez que una protesta de esta comunidad terminó en enfrentamientos. Es frecuente, como también ocurre en otras zonas y en Chile. Para ellos, la supuesta opresión al pueblo mapuche, acompañada de una persecución político-judicial, tiene 130 años.
"Y la única forma de denunciarlo y pedir que termine es con protestas como la de la ruta 40", justificó el mapuche enmascarado de la Comunidad Pu Lof.
En el piso de la caseta se veían varias cosas:el pelo de la liebre que sale del cuero, la yerba mate ya usada y la ceniza de una hoguera que calentaba el agua y el ambiente.
También se veían un par de cartuchos de perdigón que, según los encapuchados, fueron disparados por la Gendarmería durante la represión de la protesta de aquel 1 de agosto.
"Lo que hacemos aquí es un ejercicio de autodefensa ante los atropellos que sufren las comunidades", afirmó el vocero, que en los enfrentamientos dijo usar hondas de lana y piedra.
Aseguró no ser parte de la RAM, pero"reivindicamos su lucha como lucha propia, porque son nuestros hermanos mapuches", dijo. "Lo único que se hace son los atentados al sistema capitalista, pero a lo material, no a lo físico de las personas", aseguró.
Y añadió:"Si tenemos que arriesgar este territorio con nuestra sangre, lo vamos a hacer".
Una "amalgama" heterogénea
A 10 kilómetros de la Comunidad Pu Lof se encuentra el Museo Leleque, una colección de objetos que Benetton recibió de varios terratenientes de la zona en la que se busca destacar la "amalgama" entre las comunidades nativas y los inmigrantes.
En la exhibición se asevera que, además de episodios bélicos "ocasionales", en el siglo XIX hubo "paz, comercio y alianzas" entre indígenas y europeos que se tradujo en un proceso de "aculturación".
Luis Loncón, un agricultor de la zona
"Tengo 50% de español y 50% de mapuche, como revela mi apellido", le dijo a BBC Mundo, mientras conducía una camioneta hacia el predio donde uno de sus galpones fue incendiado en noviembre de 2016.
"Entraron 8 hombres", recordó. "Tres atacaron al portero y los otros se fueron a incendiar el lugar, mientras gritaban 'marichi weu, marichi weu', que significa 'diez veces venceremos'", relató. Le quemaron 9 tractores y todo el equipo de riego, aseguró.
El padre de Loncón se jubiló de la estancia Benetton, con la que él ha mantenido una relación de vecinos cordial. Ha dedicado su vida a trabajar las 125 hectáreas que heredaron él y su esposa.
"Ellos (los mapuches) creerán que esa cortina rompe el equilibrio de la naturaleza y por eso tienen que atacarme", dijo de una cortina de viento que protege un cultivo de fresas.
"El fin del mundo"
El empresario es de los que piensa que a Maldonado lo escondieron o lo mataron los mapuches para sacar provecho político y ganar argumentos en la lucha por el terreno.
"Pero estos no son mapuches de verdad", indicó. "Estos son grupos terroristas, minoritarios, que están siendo avalados por hippies", aseguró, en referencia a las corrientes de contracultura que llegaron a esta zona durante el régimen militar de los años 70.
Para Loncón, la "amenaza" que significa el auge de estos grupos violentos que se denominan mapuches es equivalente a lo que pasó durante el gobierno militar con la guerrilla de los Montoneros.
Pero, como suelen hacer muchos argentinos, también precisa que no todos los mapuches son violentos: que son un pueblo heterogéneo y que muchas comunidades, sin desconocer al Estado, han obtenido terrenos por la vía legal.
En la zona se ven varias de ellas: tienen un territorio cercado que comparten con Benetton pese a que critican sus formas de intervenir la naturaleza.
Para Loncónlos violentos son organizaciones con intereses "que no son boludos, que tienen intelectuales detrás". Por este predio inhóspito, explicó, pasan un gasoducto, una línea de fibra óptica, un río y una importante carretera.
"Yo espero que mi Estado argentino, que mi bandera, que mi patria responda a esta problemática, porque si la justicia no para (detiene) esto, esto va a terminar en una guerra civil entre ellos y nosotros", aseguró.
"O si no, nos va a terminar dando Benetton las armas", añadió a manera de chiste.
Loncón es católico de cuna, pero ha ido adoptando las creencias evangelistas y cree que los mapuches radicales son representantes del diablo.
"Si esto no lo para el Estado", concluyó, ya sin broma, "ahí sí vamos a ver el fin del mundo que anticipó la Biblia".