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A 16 AÑOS DE LOS ATENTADOS DEL 11-S Y PERSISTE EL OCULTAMIENTO

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Los ataques del 11 de septiembre de 2001 con la desaparición de 4 aviones de pasajeros, el derrumbe de las Torres Gemelas y un tercer edificio en Nueva York y el ataque de un misil o drone al Pentágono en Washington junto al incidente en el campo de Shanksville, Pennsylvania donde supuestamente cayó un avión, cambiaron el devenir del mundo en sólo unos segundos.

La “Historia oficial” de que cuatro aviones de pasajeros fueron secuestrados por fanáticos terroristas solo es creída por los ingenuos y sin embargo se repite año tras año a pesar de lo absurdo de la misma. En cambio, persiste la creencia en la implicación y conocimiento de la Administración Bush en los atentados del 2001.

Casi 3.000 muertos y miles de heridos fueron las tristes cifras de aquel día. 16 años después, los verdaderos orígenes de los ataques todavía no están del todo claros, aunque la creencia en la implicancia de Estados Unidos en los mismos aumenta año tras año.

Muchos creen que el Gobierno del entonces presidente George W. Bush conocía de antemano los ataques. Otros, como el actor Charlie Sheen, van más allá y piensan incluso que la Administración estadounidense fue artífice de la barbarie para justificar la invasión de Irak y un cambio en la política geoestratégica a nivel mundial, así como una carta de libertad para actuar contra los presuntos terroristas de cualquier origen.

Un grupo de científicos y expertos estadounidenses, encabezados por el físico Steven Jones y el arquitecto Richard Gage bajo el nombre de 'Arquitectos e ingenieros por la verdad del 11-S', mantiene que "los más altos funcionarios del Gobierno han encubierto hechos cruciales sobre lo que realmente sucedió el 11 de septiembre".

Miembros del propio Ejecutivo norteamericano, años después han mostrado su apoyo a las organizaciones que acusaban a altos cargos del anterior gobierno de haber participado en los atentados. Un ejemplo claro de este caso es el ex consejero de medioambiente del presidente Obama, Van Jones, quien presentó su dimisión por sus polémicas declaraciones sobre lo ocurrido en el 11-S.

En una encuesta realizada en países musulmanes por el Pew Global Attitudes Project hace unos años, aparecía una importante mayoría que se negaba a creer que los que perpetraron los ataques del 11-S fueran árabes.

"Se habla de las Torres Gemelas pero cayeron tres edificios ese día, y llama la atención que cayeran a la velocidad de caída libre de los cuerpos, y en el edificio 7 no se estrelló ningún avión y a las cinco de la tarde cayó igual, por implosión, hacia adentro", sostenía un profesor hace años en un programa de radio."90.000 litros de queroseno arden a 800 grados, y la temperatura para empezar a fundir el acero son 1510 °C (2750 °F), además de que el queroseno se quemó en su mayoría fuera", explicaba sobre la forma en que se acabó con las Torres. Un avión impactaba en el piso 60 y otro en el piso 80, pero había acero fundido en el sótano. La teoría de la demolición en los sótanos es muy sostenida por algunos pensadores, que explicaría la forma de caer de las torres, y agregan que incluso se utilizó en el subsuelo una pequeña bomba atómica para cada torre.

El Departamento Sismográfico de la Universidad de Columbia registró importantes actividades sísmicas justo en el momento del desplome de las torres. Muchos defensores de la teoría de la conspiración creen que estas ondas sísmicas precedieron el derrumbe y sólo se las explican mediante fuertes explosiones en la base de los edificios.

La tesis oficial dice que el punto de ruptura habría hecho ceder a las plantas provocando que éstas cayeran sobre el siguiente piso, lo que causaría que fueran cediendo en cadena. El resultando en un colapso de la torre sobre sí misma. Los expertos en demoliciones creen que los pisos inferiores siempre producirían algún retraso en la caída, aunque sólo sea por su propia inercia, haciendo que tardasen más de 10 segundos. Al contrario, afirman que se trató de demoliciones perfectamente controladas.

Para dicha demolición controlada se habría usado nanotermita, una mezcla de óxido férrico y aluminio (Fe2O3 + 2Al) que corta por fusión las columnas de acero, al encenderse produce una reacción cuya temperatura puede alcanzar los 2482 °C (4500 °F) en dos segundos y también se debieron usar otros explosivos, que se colocaron en todos o casi todos los pisos.

Ningún avión contra el Pentágono ni en Pensilvania
Lo ocurrido aquella mañana en el Pentágono ha generado mucho debate en Estados Unidos. Muchos pilotos han mostrado su extrañeza por el pequeño hueco que abrió el choque en la fachada. Y, sobre todo, lo aparente ausencia de restos de fuselaje en la zona. Sobre todo se echan de menos las turbinas, casi indestructibles y las alas y la cola que siempre quedan tras los siniestros.

El morro es precisamente la parte más ligera y más blanda, y fue precisamente la que supuestamente atravesó varios muros sin que las alas o los motores llegasen a romper las ventanas. También se han encontrado demasiados testigos que aseguran haber visto un avión pequeño, o un misil, dirigirse a toda velocidad a la zona. Y ninguna de las más de 80 cámaras que rodeaban la zona llegó a grabar con nitidez el avión. O al menos no se han dejado esas imágenes al alcance del público.

Todos los partidarios de estas teorías han arrojado dudas sobre el vuelo 93 de United Airlines, que supuestamente se estrelló en un campo de Shanksville, Pennsylvania. Algún teórico de la conspiración como David Ray Griffin asegura que el aparato fue derribado por cazas. En su favor están las declaraciones de testigos que vieron aviones de combate persiguiendo a uno comercial y que oyeron explosiones antes del choque, y también el hecho de que los restos acabasen tan dispersos: un motor de media tonelada fue hallado a 700 metros del lugar del impacto.

Se afirma que lo de Pennsylvania fue un misil que se estrelló en el campo. Sobre los dos aviones en las Torres Gemelas, las filmaciones demuestran que fueron cambiados, no eran aviones de pasajeros los que se estrellaron sino otros preparados especialmente para el impacto, recubiertos con uranio empobrecido.

Entonces ¿Qué fue de los pasajeros de los 4 aviones? ¿Los hicieron bajar en una de las tantas bases militares de la zona y los ejecutaron? ¿Quién estuvo detrás de los atentados? ¿Quiénes fueron los verdaderos cerebros más allá de los ejecutores?: se sospecha de la CIA, la NSA (Agencia Nacional de Seguridad), el MOSSAD, Israel, Dick Cheney, Donald Rumsfeld y otros que lograron que el 11-S siga acumulando dudas sobre lo que realmente pasó aquel día y qué había detrás.

De lo que no cabe ninguna duda es que fue la perfecta excusa para invadir Afganistán, Irak y toda la carnicería que vino después.

Han pasado 16 años y la humanidad sigue siendo engañada con la teoría de los aviones secuestrados por fanáticos islámicos.


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