El 25 de diciembre se vivieron escenas de terror que recordaron a la película Piraña, cuando los bañistas fueron atacados por un cardumen de palometas, peces de la misma familia que las pirañas.
El 25 de diciembre, 62 personas fueron mordidas por palometas en una playa rosarina. |
Se registraron 62 heridos. El caso más grave fue el de una nena de 7 años que sufrió la amputación de una de las falanges de un dedo de la mano izquierda. Derivada al Hospital de Niños Víctor J. Vilela, la chiquita fue dada de alta luego de curaciones y la aplicación de antibióticos. La "mordedura colectiva" se dio sólo en la populosa playa de la Rambla Catalunya de la ciudad de Rosario, a orillas del río Paraná.
La Rambla Catalunya, al fondo, el puente Rosario-Victoria. |
Las palometas hirieron a siete niños en la Rambla Catalunya. |
El ataque de estos peces, que provocó casos de personas con mordeduras en los talones, los pies y las manos, sorprendió a muchos que disfrutaban de un día en el agua del río Paraná, en el balneario rosarino, buscando alivio al calor en una jornada agobiante. En el momento del ataque de los peces había 8.000 personas en mil metros de extensión.
Según informó el diario La Capital, los guardavidas advirtieron a los bañistas de la situación y por unas horas la gente salió del agua, pero el público se renovó y se siguió zambullendo. Por eso hubo que apelar a la ayuda de la Guardia Urbana Municipal (GUM) y la policía apostada en un destacamento de la zona para controlar la situación.
Un niño es atendido en Rosario minutos después de ser mordido por una palometa. |
Especialistas ambientales aducen que la pesca indiscriminada alteró la cadena alimentaria y, por tal motivo, la palometa, un ejemplar de la familia de las pirañas, sale a comer "lo que puede". También, la caza masiva ha acabado con su depredador natural, el yacaré. Otra explicación refiere a que el pez es atraído por los restos que dejan los pescadores en la orilla. Una más sostiene que en ese punto del río se produce una curva que lentifica el curso de las aguas. El fenómeno, más el calor que incentiva la actividad biológica de las especies y la bajante de la cuenca del Paraná (2,71 metros, cuando su nivel habitual es de unos 4), crearían un escenario propicio para que esos peces naden y mastiquen a sus anchas.
La palometas mordieron a los bañistas rosarinos en los talones, pies y manos. |
Se detalló que este animal percibe la sangre y, por ello cuando una de ellas muerde a alguien es muy probable que las otras se acerquen para atacar a otros". Esto fue clave en la magnitud del ataque de ayer ya que los responsables de la seguridad en ese sector pedían a todos los bañistas que se retiren del agua, solicitud que ante el asfixiante calor muchos desoyeron.
Pescadores consultados señalaron que las palometas son capaces de cortar mallas, líneas de pesca y mutilar peces, y son muy escurridizas dado que se reproducen en camalotes, donde se guarecen durante todo el año hasta que el verano y la luz las obliga a desplazarse por el río.
De acuerdo a lo señalado por los especialistas, los ejemplares de esta especie aparecen cuando se registran temperaturas muy altas, como las que se produjeron este miércoles en Rosario aunque la posibilidad de que esto se haga habitual es casi nula, señalaron.
Otra víctima del ataque de las palometas es curada por personal del Sies. |
"Estimamos que es un episodio absolutamente esporádico en el sentido que la palometa es una de las especies habituales en verano en el sistema de río Paraná que es muy grande. Evidentemente se ha dado alguna circunstancia por la cual un cardumen pasó en un momento que obviamente la costa estaba totalmente llena de bañistas en el agua y lamentablemente se produjo este episodio en el cual un número importante de personas sufrió daños algunos menores y otros de mayor consideración", evaluó el funcionario que es licenciado en Biología.
Las autoridades desestimaron que vuelva a producirse otro ataque de palometas. |
"Santa Fe tiene 800 kilómetros de costa y no tenemos registro de otro lugar, fue un episodio desafortunado porque ese cardumen se encuentra con tantos bañistas y pasó ese episodio. Ya pasó y no hay forma de tener registro más que las referencias de las víctimas. Pero no hay tampoco razones que nos indiquen que esto se pueda generalizar, ni que hay un cambio de conducta en la especie", concluyó el especialista.
El ataque se produjo a las 12.15 hs, cuando había 8.000 personas en mil metros de playa. |
"El ataque de la palometa al ser humano es ocasional, normalmente no atacan. Pasa que un cardumen puede haber pasado sintieron el movimiento y atacaron pero no es algo normal. La actividad es la normal para esta época, un poco adelantado por los calores intensos", señaló el trabajador del río. "Es un predador que cuando más caliente está más devora", explicó.
Para atender a los heridos se tuvo que reforzar el personal sanitario en la playa. |
“Los predadores naturales de esta especie son ellos mismos, el surubí el yacaré y el dorado", detalló el pescador e insistió con que un ataque así "es ocasional, sucede muy de vez en cuando, no es que vas a ir al río y te van atacar. Es normal que haya palometas, lo que no es normal es que ataquen. Además muerde una sola vez y se va, es muy dolorosa la mordida lo digo por experiencia propia a veces la sacamos en la red y en el apuro te muerden", contó Aguilar.
Las palometas aparecen cuando se registran temperaturas muy altas. |
El resto de los heridos, sin lesiones de mayor consideración, se fue acrecentando con el correr de las horas. Todos fueron atendidos en la carpa sanitaria permanente que el Sies instala cada verano en la zona más concurrida de la costa de la ciudad. Dado el extremo calor, la cantidad de gente y el sorpresivo ataque de las palometas, la atención tuvo que ser reforzada.
"Es normal que haya palometas, lo que no es normal es que ataquen", dijo un pescador. |
Las palometas son peces carnívoros, su nombre científico es serrasalmus marginatus, y el de las pirañas es serrasalmus aureus, ambas con prominentes mandíbulas con dos hileras de dientes cada una, que habitan las aguas de los ríos Paraguay y Paraná. Su carácter dominante se refleja en sus poderosas mandíbulas, sobresaliendo la inferior, de filosos dientes triangulares, verdaderas trituradoras de carne.