Un 30 de octubre pero de 1938 se realizó una controvertida dramatización radial de la novela La guerra de los mundos de H. G. Wells que provocó pánico en miles de radioescuchas que se creyeron que la invasión marciana relatada en la novela era real.
Orson Wells en la Columbia Broadcasting System (CBS), en 1938. |
Orson Welles(1915-1985) en su ciclo radial "The Mercury Theatre on the Air"transmitió en forma dramatizada una adaptación de la obra de H.G. Wells La guerra de los mundos. El 30 de octubre de ese año millones de personas sintonizaron la CBS a las nueve de la noche, pero quienes no escucharon el mensaje inicial, en el que se aclaraba que lo que venía a continuación era la adaptación radiofónica de la obra de H.G. Wells, vivieron una auténtica pesadilla. Entre la población hubo pánico y algunos hasta se suicidaron porque creyeron que se producía una verdadera invasión extraterrestre.
Hubo miles de radioescuchas aterrados, gente que huía de sus casas y la red telefónica saturada: la controvertida dramatización radial por Orson Welles demostró hace 76 años la capacidad de los medios de generar una ola de pánico.
La obra de ciencia ficción del británico H.G. Wells, escrita en 1898 que narra un ataque de marcianos en Inglaterra, inspiró el guión del programa difundido en Estados Unidos por las ondas de la CBS el 30 de octubre de 1938 en vísperas de Halloween o Noche de Brujas.
La histórica transmisión
Todo comenzó con un reposado número musical interpretado por la orquesta de la estación dirigida por el maestro Ramón Raquello que entre otros temas, interpretó el tango La Cumparsita. De pronto, un falso noticiario alertó de inusuales explosiones en el planeta Marte, tal como en la novela. La emisión empezaba así: "Señoras y señores, les presentamos el último boletín de Intercontinental Radio News. A las 7.40 PM. el profesor Farrell del Observatorio de Mount Jennings de Chicago, Illinois informa que ha observado algunas explosiones de gas incandescente en el planeta Marte que se suceden a intérvalos regulares".
Orson Welles en el estudio de la CBS en octubre de 1938. |
Inmediatamente pasaban a la banda de música supuestamente desde el Hotel Meridian Park Plaza, y periódicamente la interrumpían para informar de la ficticia invasión marciana. Una de las intervenciones del personaje Carl Philips desde Grovers Mill, Nueva Jersey, era:
Ilustración de la novela de H. G. Wells con la llegada de los marcianos a nuestro planeta. |
“Señoras y señores, esto es lo más terrorífico que nunca he presenciado... ¡Espera un minuto! Alguien está avanzando desde el fondo del hoyo. Alguien... o algo. Puedo ver escudriñando desde ese hoyo negro dos discos luminosos... ¿Son ojos? Puede que sean una cara. Puede que sea...”
Se sigue interrumpiendo la programación para narrar la caída de más meteoritos que en realidad son las naves de los marcianos que derrotarían a las fuerzas norteamericanas usando una especie de "rayo de calor" y gases venenosos.
Las naves marcianas dotadas de tres patas y tentáculos avanzan sobre las ciudades. |
Para crear esta angustiosa atmósfera, Welles contó con la ayuda del guionista Howard Koch, a quien le dijo: "Dramatiza esto (la novela de Wells) en forma de boletín de noticias, como si estuviera ocurriendo ahora mismo". Koch no era un cualquiera. Escribió el guión de Casablanca cuatro años después.
Un oyente armado espera la llegada de los extraterrestres, en Nueva Jersey, foto del 30 de octubre de 1938. |
La historia "fue realizada con tal sensación de realismo que innumerables personas creyeron en la efectividad de esas fantásticas noticias". En los boletines del programa se daba cuenta de combates entre las Fuerzas Armadas estadounidenses y los invasores en las calles de Nueva Jersey. Se cuenta que en ese delirio, un hombre entró a un teatro dando gritos de alarma y en menos de tres minutos el público huyó del lugar como pudo. Cientos de personas se lanzaron en auto para escapar de la ciudad. En un edificio, treinta familias se organizaron para la fuga "con la cabeza y cara envueltas en toallas húmedas para librarse de los gases venenosos".
El Mercury Theatre transmitiendo La Guerra de los Mundos en la noche del 30 de octubre de 1938. |
Welles, con 23 años, saltó a la fama luego de sembrar el pánico en los Estados Unidos. |
Las naves marcianas solo existían en la imaginación de los radioescuchas. |
Se calcula que más de un millón de personas creyeron la novela de ciencia ficción de H. G. Wells que Orson Welles recreó durante casi 60 minutos. |
La reacción gregaria fue en todo caso de amplitud suficiente como para que al día siguiente el diario New York Times titulase en primera plana: “Radioescuchas en pánico tras tomar teatralización de guerra como un hecho”.
Al día siguiente, Orson Welles pidió disculpas a la audiencia por el pánico que causó. |
La primera página del New York Times del 31 de octubre, con el título "Radioescuchas en pánico tras tomar teatralización de guerra como un hecho" y a la izquierda Welles, el causante del pánico. |
"Recuerden en los próximos días la terrible lección que han aprendido esta noche: (...) si su timbre suena y no hay nadie allí, no era ningún marciano, esto es Halloween".Así despidió el genio de Welles el espacio, que acababa de hacer historia.
El joven Orson Welles
A la edad de diez años, mientras estudiaba su primaria en Madison (Wisconsin), Welles se dedicó a ofrecer presentaciones escolares y dirigió y protagonizó su primera representación teatral, El extraño caso del doctor Jekill y Míster Hyde.
Welles, era un desconocido joven de 23 años que provocó el caos en 1938. Esa noche del 30 de octubre había nacido uno de los cineastas más importantes e influyentes del siglo XX. Él y sus compañeros del Teatro Mercury de Nueva York, lamentaron poco después que su fantasía hubiese provocado "algo de aprensión", pero la transmisión convirtió a Welles en una celebridad, lo catapultó a Hollywood lo que llevó a la RKO Pictures a contratarle en 1939 con plena libertad para escribir, producir y dirigir dos películas.
Así dio origen a su ópera prima, Citizen Kane o El Ciudadano (1941), citada a menudo como la mejor película de la historia. Estaba basada en la vida de William Randolph Hearst, magnate de la prensa, propietario de dos importantes periódicos. Hearst intentó prohibir la proyección, pero se estrenó en 1941 con gran éxito de crítica, aunque no de taquilla, debido a las trabas que tuvo en la distribución, promovidas por el propio Hearst.
Casa donde nació Orson Welles el 6 de mayo de 1915, en Kenosha, Wisconsin. |
Estreno de Ciudadano Kane en 1941, Orson Welles acompañado por la famosa actriz mexicana Dolores del Río. |
El Daily News informa sobre el terror que sembró Welles con su transmisión de la falsa invasión. |
Los oyentes que sintonizaron la emisión y no escucharon la introducción pensaron que se trataba de una emisión real de noticias, lo cual provocó el pánico en las calles de Nueva York y Nueva Jersey (donde supuestamente se habrían originado los informes). Las comisarías y las redacciones de noticias estaban bloqueadas por las llamadas de oyentes aterrorizados y desesperados que intentaban protegerse de los ficticios ataques con gas de los marcianos. Al día siguiente saltaron protestas exigiendo responsabilidades, la cabeza de Orson Welles y una explicación, de modo que el propio Orson Wells pidió perdón por la broma de Halloween, considerada una burla por los oyentes.
Un programa radial reunió semanas después a Herbert George Wells y a Orson Welles quienes hablaron sobre la adaptación de la novela que había impactado a la audiencia. |
El episodio incomodó incluso al autor de la historia original Herbert George Wells, quien había vendido los derechos a la CBS. "No he dado permiso alguno para que en la obra se introdujesen alteraciones que pudiesen inducir a la creencia de que se trataba de hechos reales", aclaró. Semanas después, un programa radial reunió a novelista y dramaturgo para comentar, ya entre bromas, lo que había pasado. Eso tampoco bastó. Medio siglo después surgiría la hipótesis de que todo había sido parte de una conspiración.
La transmisión de Santiago de Chile
El 13 de noviembre de 1944, es decir, seis años y 14 días después del programa de Orson Welles, la población de Santiago, en Chile, cayó en el mismo engaño, cuando una emisora decidió repetir la transmisión haciendo que la gente tuviera un pánico similar.
La radio Cooperativa Vitalicia la noche del 13 de noviembre de 1944 sembró el pánico en Santiago de Chile. |
Decenas de personas salieron a las calles para verificar si lo que decía la transmisión era cierto. Otras escaparon hacia el centro de la capital en busca de refugio, mientras los aterradores informes hablaban de la explosión de polvorines militares, bombardeos y destrucción de diversas ciudades. En medio del caos, muchos comentaban que en realidad Chile estaba siendo atacado por sus vecinos, los argentinos.
Tapa original del libro La Guerra de los mundos de H. G. Wells. |
Todo comenzó a las 21.30 horas de ese día. Cooperativa Vitalicia, una radio con sede en Santiago, había anticipado hasta en la prensa gráfica que esa noche iba a difundir una adaptación del clásico de Herbert George Wells La guerra de los mundos, el clásico relato de una invasión marciana a la Tierra. Al parecer, pocos se dieron por enterados: las escenas de espanto se repitieron entre quienes creyeron a pie juntillas que la radio estaba informando una conflagración.Incluso la gente levantó barricadas en las calles con el propósito de salvaguardar sus hogares de la supuesta invasión marciana que nunca llegó.
En 1944 los chilenos levantaron barricadas en las calles con el propósito de salvaguardar sus hogares de la supuesta invasión marciana que nunca llegó. |
Una norma de 1943 disponía que "se prohíbe terminantemente la trasmisión de programas de carácter sensacionalista que puedan producir alarma en el público". Así, esa misma noche, varios empleados de Radio Cooperativa de Santiago, entre ellos el conocido locutor Renato Deformes, fueron brevemente detenidos por la policía. Mil pesos era la multa máxima por violar la norma. No era poco en esos años, pero tampoco era mucho.
Vuelta la calma y la luz del día, con las ciudades intactas y los regimientos en sus cuarteles, la emisora publicó una larga explicación en la prensa señalando que se trataba de presentar una obra universalmente conocida "como una demostración de la capacidad artística y técnica de la radiotelefonía chilena y que, conocido el carácter sensacional del argumento, se anunció profusamente con un mes de anticipación, así como antes, en la mitad y al finalizar la trasmisión". Aducía la radio que en esos anuncios se advertía sobre el "carácter imaginativo y fantástico de la obra, recomendando a las personas de temperamento impresionable no escuchar la trasmisión".
Al día siguiente en el diario El Mercurio se daba cuenta de lo acontecido: "Las noticias transmitidas de la invasión de monstruos que avanzaban hacia Santiago, destruyendociudades y venciendo a las fuerzas armadas, produjo terror en quienes no estaban en antecedentes de que se trataba de un libreto que se transmitía con fines de propaganda, produciéndose escenas de pánico en muchos hogares, con los efectos nefastos en la salud de muchas personas que tuvieron que recurrir a los servicios de la Asistencia Pública".
La tragedia de Radio Quito
El sábado 12 de febrero de 1949 a las 20 horas, en la ciudad de Quito se llevó a cabo una adaptación similar a la de Welles, en Radio Quito. La emisora era de las más prestigiosas del país. El director Leonardo Páez quiso que el radioteatro fuese lo más real posible, y muy pocos estaban al tanto de la farsa. Un locutor interrumpió la transmisión de un número musical en vivo para informar sobre un supuesto objeto volador sobre las Galápagos, y más tarde, que un platillo volador había descendido en las afueras de la ciudad. Los actores de radioteatro hablaban a través de un vaso para distorsionar su voz, y se oían supuestas órdenes militares de fondo, y supuestos mensajes provenientes de otras radioemisoras avisaban del peligro de una nube de gas venenoso que se acercaba.
El edificio de El Comercio ardiendo la noche del 12 de febrero de 1949 por haber sembrado el terror entre los habitantes de Quito. |
La transmisión contó con más de 100 actores, a los treinta minutos los oyentes salían asustados a las calles, las iglesias comenzaron a llenarse con gente que buscaba protección, muchos concurrieron hasta el edificio donde funcionaba la radio y allí la gente descubrió la verdad.
Vieron a los actores simulando la invasión marciana, al darse cuenta del “engaño” se produjo una verdadera agitación popular; primero tiraron piedras y ladrillos contra el edificio de El Comercio (donde funcionaba la radio y ese periódico, ubicado en el centro de la capital, apenas a una cuadra del edificio de correos). Los aceites de la imprenta del periódico, sumados al papel, hicieron que el incendio tomara fuerza rápidamente. La policía, viendo que se trataba de una burla, no socorrió a los artistas, periodistas y demás personas del edificio, quienes intentaron ponerse a salvo saltando al techo de otro edificio colindante. Muchos que se salvaron del fuego, además tuvieron que escapar para no ser linchados.
Los ánimos y el incendio recién se controlaron a las 3 de la mañana. Ocho personas murieron entre las llamas, incluyendo al pianista de la radio. Hubo unos siete heridos, entre los cuales estaba un locutor que se quemó la mitad del rostro, quedando desfigurado de por vida. Los daños se calcularon en 8 millones de sucres, muy por encima de los 2,5 millones del seguro. El chileno Eduardo Alcázar fue detenido y enjuiciado por participar en la falsa “invasión”. El director Leonardo Páez se dio a la fuga radicándose en Venezuela donde pasó el resto de sus días. Radio Quito estuvo fuera del aire durante dos años, clausurada por el Gobierno, reanudando su transmisión el 30 de abril de 1951.
La Guerra de los Mundos llega al cine y la televisión
La Paramount era propietaria de los derechos de The War of the Worlds y decidió llevar a la pantalla grande la novela de H. G. Wells. En 1953 Byron Haskin y George Pal iniciaron la filmación con la participación de Gene Barry y Ann Robinson en los roles principales. La película fue considerada la primera gran superproducción hollywoodense dentro del género de la ciencia ficción: los efectos especiales utilizados eran el máximo que la tecnología disponible en los estudios podía ofrecer; el apoyo logístico por parte de las fuerzas armadas estadounidenses se confirma en las escenas bélicas, filmadas con un imponente despliegue de medios militares terrestres y aéreos.
La adaptación de Haskin y Pal agrega a la trama literaria diseñada por Wells una tecnología más actualizada y situaciones narrativas específicas de la lógica del cine de Hollywood. A diferencia de la victoriana historia contada por el inglés, en la versión cinematográfica de The War of the Worlds al personaje central (el joven Clayton Forrester) se suma una bella joven (Sylvia Van Buren) que lo acompañará en sus desplazamientos por los campos de batalla. La película retoma no pocos elementos de la producción bélica de la posguerra y no ahorra tecnología terrestre a la hora de frenar el ataque marciano; llegado el momento, los militares no dudan en lanzar una bomba atómica a pocos kilómetros de Los Ángeles.
Gene Barry y Ann Robinson, en una escena de la versión La Guerra de los Mundos de 1953. |
La noche en que América entró en pánico fue una estupenda reconstrucción televisiva de lo sucedido en la noche del 30 de octubre de 1938. |
Luego, aterriza en la pantalla chica con la serie televisiva The War of the Worlds (Herbert Wright, 1988-89) donde se parte de una inquietante hipótesis: la invasión descripta por H. G. Wells en 1898, así como el largometraje de Haskin y Pal de 1953, no fueron otra cosa que narraciones de sucesos verdaderamente acaecidos. También la transmisión de Orson Welles fue un intento por parte del gobierno estadounidense de cubrir, a través de la ficcionalización, una invasión real de tropas alienígenas. La cabeza de playa marciana en Grover's Mill no fue destruida por las bacterias terrestres –como explicó a sus aterrorizados oyentes Orson Welles– sino por un puñado de valerosos combatientes de la Grover's Mill Militia. La genialidad de Welles consistió en hacer olvidar la verdadera invasión, obligando a varias generaciones de norteamericanos a focalizar sus discursos en los entretelones de la transmisión radial.
Tres de los protagonistas de la serie televisiva que duró dos temporadas. |
Los marcianos de la serie televisiva War of the Worlds (1988-89). |
Imagen de presentación de la serie televisiva mostrando la mano marciana con tres dedos. |
Escena de la película de 1953 donde se ven tres naves marcianas atacando una ciudad. |
Luego le llegó el turno a Steven Spielberg en 2005 con otra recreación de La Guerra de los Mundos, una superproducción con Tom Cruiseque no estuvo a la altura de las circunstancias y no logró superar la calidad de la versión de 1953.
Otras adaptaciones
Muchos años después de octubre de 1938, en 1998 y con motivo del 60º aniversario de la histórica transmisión de La guerra de los mundos, dos emisoras de radio, una en Portugal y otra en México, emularon a Orson Welles transmitiendo de nuevo una versión contemporánea, con los mismos resultados entre los radioyentes, preocupados por lo que escuchaban.
Poster de la remake de 2005 de Steven Spielberg. |
El gobierno de México procedió, ante los rumores generados, a una búsqueda exhaustiva de los restos de un supuesto meteorito.
Conclusión
Según los más conspiranoicos, la emisión de Orson Welles de La Guerra de los Mundos fue financiada indirectamente por la Fundación Rockefeller a través de “The Princeton Radio Project” y supervisado por los miembros del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR). La Universidad de Princeton, bajo la supervisión del psicólogo Dr. Paul F. Lazarsfeld, Frank Stanton(después jefe de la CBS Radio y Televisión) y el Dr. Hadley Cantril, contrató a Orson Welles para que adaptase el famoso libro de H.G. Wells La guerra de los mundos para el formato de radio con el fin de estudiar el comportamiento de los ciudadanos en condiciones de emergencia.
La transmisión de Orson Welles fue un experimento secreto del CFR para estudiar el comportamiento de los ciudadanos en condiciones de emergencia. |
No sólo se trataba de crear el pánico ante una ficticia invasión extraterrestre, el programa fue diseñado con la intención de crear verdadero terror.
Debe considerarse la emisión de La Guerra de los Mundos como la inauguración de la penetración de los medios en la conducta humana. Se demostró que los medios masivos de comunicación tenían la capacidad de distorsionar la percepción del público.
Por Alberto Seoane