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LA MONJA MARTHA PELLONI DENUNCIA SECTAS Y PODER

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Advierte sobre las mafias que se esconden detrás de cultos mediante los cuales se cometen violaciones y homicidios en Corrientes.

La provincia mesopotámica ha sido escenario de historias de abuso infantil y asesinatos rituales en los que han sido condenados integrantes de sectas destructivas. La hermana, quien lleva años de lucha, reclama por estos casos y otros, y asegura que existe connivencia con el poder económico y político local.

La hermana Pelloni denuncia que en la provincia
de Corrientes existe una impunidad total.
La hermana Martha Pelloni transmite paz desde su mirada, desde sus manos que contienen. Habla en forma pausada, con serenidad, y su palabra es equilibrada, sanadora, cuestionadora, rebelde. Es una mujer que se eleva en cada concepto, en cada definición y posee la firmeza de quienes saben dónde quieren llegar y qué camino usar, aunque esté lleno de piedras y de escollos.

"Nos hemos encontrado con muertes muy sugestivas de chicos y chicas que han sido asesinados por la misma historia. Son secuestrados para violarlos", expresó la hermana Martha Pelloni en diálogo con La Prensa, acerca de los crímenes contra menores que se vienen sucediendo en la provincia de Corrientes y que están relacionados con ritos de cultos peligrosos. Además, denunció el vínculo de los casos con el poder político y, sobretodo, económico. 

Es sabido que no es la primera vez que Pelloni se enfrenta al poder. Ella fue quien en 1990, en Catamarca, lideró las recordadas marchas del silencio para pedir justicia por el asesinato de la adolescente María Soledad Morales.

El Caso María Soledad Morales
María Soledad Morales había nacido el 12 de setiembre de 1972 en Catamarca y fue asesinada el 8 de setiembre de 1990. Esta joven estudiante catamarqueña fue asesinada en San Fernando del Valle de Catamarca, por los "hijos del poder" local.

La joven María Soledad
Morales fue salvajemente
violada y asesinada
.
El intento de las autoridades peronistas de Catamarca por encubrir el asesinato desencadenó una serie de históricas movilizaciones populares que contaron con el apoyo de amplios sectores en todo el país, tras lo cual se logró el esclarecimiento del homicidio, se puso de manifiesto las condiciones semifeudales de ejercicio del poder en muchas provincias argentinas, y produjo un considerable cambio político en Catamarca.

A este caso se debe que aquellas "marchas del silencio" se popularizaran como método de lucha popular en muchísimos otros lugares del país en los que se reclama contra la impunidad.

El cuerpo de María Soledad apareció dos después de su desaparición, en una zona conocida como Parque Daza (a siete kilómetros de la capital catamarqueña sobre la ruta 38), su cuerpo fue encontrado por unos operarios de Vialidad Nacional. Había sido salvajemente violada, le habían arrancado el cuero cabelludo, quemado con cigarrillos, cortado las orejas, vaciado un ojo, roto la quijada a golpes, desfigurado la cara y aplastado el cráneo. Se supo más tarde, que murió de un paro cardíaco por una dosis letal de cocaína. Fue reconocida por su padre por una pequeña cicatriz en una de sus muñecas.

Desde un primer momento las investigaciones fueron demoradas y manipuladas. El mismo jefe de la Policía de la Provincia, comisario general Miguel Ángel Ferreyra, al hallar el cadáver ordenó que lo lavaran (borrando huellas y señales de modo irrecuperable).

El diputado nacional por el PJ Ángel Luque
y su hijo Guillermo Luque.
Los primeros rumores del pueblo decía que los responsables serían parientes de funcionarios, coloquialmente se les llamó "los hijos del poder". Los medios de comunicación difundían que en el crimen estaban sospechados los jóvenes Guillermo Luque (hijo del diputado nacional Ángel Luque), Pablo y Diego Jalil (sobrinos del intendente José Jalil), y Miguel Ángel Ferreyra (hijo del jefe de Policía provincial).

Se tardó más de dos meses en abrir la investigación judicial, y una vez que la justicia intervino, el favoritismo de y hacia los posibles involucrados fue evidente. En esas condiciones un diputado nacional por Catamarca, Ángel Luque, había declarado que si su hijo hubiera sido el asesino, el cadáver no habría aparecido. El escándalo llevó a la expulsión del diputado del Congreso y a que en 1991 el gobierno nacional, a cargo entonces del presidente Carlos Menem, interviniera primero el Poder Judicial de la provincia y luego los poderes ejecutivo y legislativo, destituyendo al gobernador Ramón Saadi, miembro del Partido Justicialista, continuador de una larga tradición de gobernadores pertenecientes a su familia, hijo Vicente Saadi y aliado de Menem. Saadi fue destituido por “encubrimiento e incumplimiento de los deberes de funcionario público”.

El gobernador de Catamarca, Ramón Saadi fue
destituido por "encubrimiento e incumplimiento
de los deberes de funcionario público".
El interventor enviado por el poder central fue Luis Prol, quien según Martha Pelloni:"Prol fue enviado para fortalecer al Frente Esperanza, que era el menemismo, pero le salió el tiro por la culata porque perdieron las elecciones y ganó el Frente Cívico".

La intervención federal a la provincia, que incluyó el envío del ex subcomisario de la Policía de la Provincia de Buenos Aires Luis Patti para aclarar los hechos, también demostró falta de voluntad en la resolución del caso.

En medio de la investigación, Luque (h) dejó de ser visto en la provincia. Su desaparición fue notoria y motivo de especulaciones periodísticas hasta que fue hallado por el periodista Alberto Moya en Buenos Aires, adonde fue llevado protegido por Patti.

En 1993, el director de cine Héctor Olivera, autor de La Patagonia rebelde y La noche de los lápices, filmó El Caso María Soledad, llevando el asesinato y la impunidad al conocimiento masivo.

El juicio
En 1996 se inició el juicio oral por el asesinato de María Soledad. Los imputados fueron Guillermo Luque y Luis Tula (ex novio de la víctima). La televisión nacional dio amplia cobertura al juicio transmitiéndolo en directo y registró en detalle los gestos de los jueces que evidenciaron una actitud parcial. Los gestos del juez Juan Carlos Sampayo, fueron reiterados por Canal 13 (autor de la primicia, alertados por un televidente) y el resto de la televisión nacional y produjeron un nuevo escándalo que llevó a la anulación del juicio.

Guillermo Luque, el hijo del diputado
nacional catamarqueño fue detenido
y condenado a 21 años de prisión.
En 1998, se realizó un nuevo juicio. Las condiciones políticas en el país y en la provincia habían cambiado considerablemente, y Guillermo Luque fue condenado a 21 años de prisión por el asesinato y violación de María Soledad Morales, en tanto que Luis Tula fue condenado a 9 años de prisión como partícipe secundario del delito de violación.

El tribunal ordenó investigar el encubrimiento, pero nunca se hizo. El encubrimiento podría alcanzar a la plana mayor de la Policía catamarqueña, el ex gobernador Saadi, el subcomisario Luis Patti y el propio ex presidente Carlos Menem.

Se puede decir que la lucha de Martha Pelloni fue una de las razones por las que con el tiempo cayó la máscara del encubrimiento y, con ella, la cúpula política local.  

Martha Pelloni pide justicia en Corrientes
Así, con la misma pujanza de 1990, Pelloni reclama la intervención de la Justicia en los crímenes cometidos contra niños y niñas en Corrientes: ‘‘Queremos que se investigue todo esto’’. 

Pelloni con los padres de María Soledad
Morales, durante una de las marchas del
silencio en Catamarca pidiendo justicia.
‘‘A veces aparecen como sectas y otras veces como logias. Desaparecen familias enteras que son reclutadas, pero las reclutan con voluntad. En todo esto funciona la droga y el ofrecimiento de algo que les interesa, como un trabajo. Pero después desaparecen y no podés saber dónde están’’, explica.

Sobre quienes están detrás de los crímenes, Pelloni afirma que ‘‘son personas que manejan el poder de la droga. Son mafias del crimen organizado, de eso no me cabe duda’’.

De esta manera, esta suerte de cultos peligrosos funcionarían como una pantalla para cubrir un entramado de organizaciones que se dedican a la trata de personas, tráfico de droga y explotación sexual infantil.

Martha, coordinadora de la ONG Red Infancia Robada en Corrientes, relata a La Prensa su historia en la provincia: ‘‘Yo llegué por segunda vez a Curuzú Cuatiá en 2004 y me encontré con una necesidad de construir una casa de derechos humanos porque eran muchos los derechos violados en la ciudad. Fundamentalmente, eran muchos los casos de docentes que en escuelas privadas y públicas abusaban de los niños. Había denuncias hechas en la Justicia y en los colegios que no se habían tenido en cuenta para sancionar a los abusadores. Así, en una celebración de los Derechos Humanos pusimos en una esquina una mesita para recibir denuncias. La mayoría eran contra un abogado y profesor del Colegio Nacional que hacía 25 años que canjeaba sexo por calificaciones en su estudio. Parece que había complicidad de parte de la escuela porque las denuncias se habían hecho y no pasaron de la Rectoría. Al ser un abogado importante y un hombre de la sociedad de Curuzú Cuatiá, la denuncia no camino. Paralelamente a ello, tuvimos casos de maestros que abusaban de chicos. Son muchos casos de pedofilia".

Ramoncito González, el niño
sacrificado en un ritual satánico.
"De allí vengo a Goya, donde encontramos muchos casos de abuso sexual doméstico y dando capacitaciones de prevención nos encontramos con el caso de Ramoncito González, que ha sido un ícono. Ahí, aparece una especie de secta, una mezcla de cultos’’, dice. 

En 2006, en la ciudad de correntina de Mercedes, que tiene 40 mil habitantes, fue hallado al costado de las vías del ferrocarril el cuerpo sin vida de Ramoncito González, de 12 años, quien había desaparecido hacía dos días. El caso horrorizó al país entero, el niño había sido violado, empalado, torturado y decapitado. 

Por el crimen nueve personas fueron condenadas a prisión perpetua por los delitos de homicidio triplemente calificado por ensañamiento, alevosía, y en concurso de dos o más personas; y abuso sexual con acceso carnal y privación ilegítima de la libertad. Según la investigación, el chico había sido captado por una secta del rito kimbanda y asesinado en un ritual satánico el 6 de octubre de 2006 entre las 22 y 24 horas. 

Para Pelloni el caso no termina en los condenados por ser autores materiales de la muerte de Ramoncito. ‘‘Hay nueve personas presas, pero son los integrantes de la secta. ¿Quién la financiaba? Eran hombres estancieros, empresarios que creen en lo maléfico y abusan de las criaturas’’.

El abogado querellante Marcelo Hanson afirmó que "puede producirse un nuevo crimen similar en otro lugar, ya que en Mercedes sólo se abortó una célula de una organización mayor con ramificaciones en Paso de los Libres y Santo Tomé". Además, en las audiencias testimoniales varios imputados y testigos revelaron que "la secta que mató a Ramoncito actuaba por orden y bajo el mando de dirigentes políticos".

Afirma Pelloni que hay connivencia con el poder político y, sobretodo, económico. Denuncia que “un empresario, me inició juicio por calumnias e injurias y se está postulando para intendente. El encubrimiento de los que financiaban la secta no se investigó. No hay decisión política para investigar. Los autores materiales del crimen van presos pero no los intelectuales”.

Martha Pelloni durante una protesta en
Empedrado, donde se violó niños en orgías
con drogas y swingers.
"De ahí pasamos, el año pasado, a Empedrado con otro caso similar donde niños de 10 años fueron abusados en orgías en ritos kimbandas. Hay orgías donde abusan y violan a los nenes, y hay droga y swingers, donde hay gente de la sociedad e incluso del poder político. En las marchas, nos hemos enterado de muertes muy sugestivas de chicos y chicas que han sido asesinados por la misma historia. Son secuestrados para violarlos. Queremos que se investigue todo esto", denuncia la combativa monja. 

Empedrado es un pueblo de 15 mil habitantes que está asustado y tiene miedo. Se vive con violencia psicológica. En el 2005 fue asesinado Monchito Garay, tenía 10 años y no hay responsables. En el 2007, Romina Gutiérrez, de 11 años, niña violada y asesinada de la que tampoco hay responsables. Siempre menores.

El miedo está latente. Así lo explica una mujer, escondiéndose detrás de la puerta de su casa, que “iba a las marchas pero dejé de ir porque acá todo se ve, todo se sabe y no quiero que les pase algo a mis hijas por ir a las marchas”. Por lo tanto, su madre aprovecha la ocasión para decirle a este medio que “nunca van a llegar a la verdad. Todo se oculta, se tapa y eso que este pueblo hace diez años era un paraíso”.

Ingreso a la ciudad correntina de Empedrado,
el cartel dice: "La perla del Paraná".
Pelloni vuelve a insistir: ‘‘Estos cosas no pasarían si no hubiese connivencia con la policía y la Justicia’’.  "Nosotros estamos luchando, pero cuando podés llegar a un juez o un fiscal superior te dicen ‘son peces muy gordos’ o ‘está fuera de nuestras manos’. Y allí queda’’.

Mientras la Justicia permanece anestesiada, Pelloni no baja los brazos y destaca que ‘‘por lo menos’’ logramos ‘‘la socialización del tema y que haya un mínimo de condena social’’.

“La verdad que estamos mal, muy mal. Yo digo que la Justicia de la provincia de Corrientes no funciona. Hay encubrimientos y no hay justicia, y la que existe es la que conviene. Es decir, cuando hay una decisión política por supuesto que funciona, de otra manera no. Por ejemplo, nosotros tenemos, aquí en Goya, desde hace casi 6 años, a dos militares que han cometido abusos. Uno, a una nena de 10 años; y el otro, a una chica de 15. Ambos siguen trabajando en el ejército y están libres. La Justicia no se ha expedido. Dicen que la chiquita de 15 años ya era de la calle. Culpan a la víctima”, explica.

Martha Pelloni ya ha sido amenazada
varias veces por denunciar los abusos
de los poderosos.
Cuando Pelloni habla lo hace de manera pausada y su voz es suave, nada hace suponer que detrás hay una religiosa que después de 23 años sigue luchando con la misma fuerza y contra los mismos demonios, sólo que está vez tienen distintos nombres.

Respecto a la trata de personas, la emblemática monja dijo: "Mientras esté Aníbal Fernández como senador algunas cosas no van a cambiar”. 

Enterado de las declaraciones de la monja, el senador del Frente para la Victoria, Aníbal Fernández rechazó los dichos de la hermana Martha Pelloni sobre la trata de personas y aseguró que “una monja mentirosa es muy peligrosa”. La religiosa acompaña la iniciativa de unas 40 organizaciones sociales para crear una red nacional antimafia.

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