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METEORITO CAYÓ EN URUGUAY Y ATRAVESÓ EL TECHO DE UNA CASA

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Rompió el techo de fibrocemento y el cielorraso, partió una cama vieja y destruyó un televisor. Existen apenas una docena de casos en el mundo de un aerolito que atraviese el techo de una vivienda. Le ofrecieron a su poseedor hasta 20.000 dólares por el meteorito y prefirió donarlo al gobierno.

Primer plano del meteorito caído en San
Carlos, Maldonado, Uruguay.
Un meteorito atravesó a una velocidad estimada de 250 kilómetros por hora el techo de una casa en la ciudad de San Carlos, en Maldonado, ubicada 130 kilómetros al sureste de Montevideo. Es unhecho del que se han registrado menos de 15 casos en los últimos cien años, informó la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República de Uruguay.

El aerolito, de 712 gramos de peso y una densidad de 3,4 gramos por centímetro cúbico, superior al de la mayoría de las rocas terrestres según las fuentes, atravesó el techo de madera y fibrocemento de la construcción y rompió el somier de una cama y un televisor Led.

Así se encontró la piedra espacial
en un rincón de la habitación.
En la casa del barrio Lavagna de San Carlos, vive un matrimonio y de milagro ninguna de las dos personas sufrió lesiones. Al otro día, ellos tomaron contacto con una profesora que da clases de astronomía y física, Valentina Pezzano, del Observatorio del Liceo de San Carlos, quien hizo el contacto con la Facultad de Ciencias ubicada en Montevideo, en donde cursa estudios.

A partir del análisis realizado, en el cual colaboraron investigadores del Museo Nacional de Río de Janeiro (Brasil) y del Instituto de Ciencias Astronómicas, de la Tierra y del Espacio de la provincia argentina de San Juan, el meteorito se clasificó inicialmente como "rocoso del tipo brecha".

Los análisis primarios determinaron que la piedra es un fragmento de meteorito, "rocoso tipo brecha (meteorite breccia, en inglés)", dijo al diario uruguayo El País el profesor titular del departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (Udelar), Gonzalo Tancredi.

El meteorito de San Carlos cayó el 19 de
setiembre a la madrugada.
Existen en todo el mundo, menos de quince casos de caídas de meteoritos con afectación de bienes o individuos. Es el primero que se estrella en Uruguay. La vivienda afectada estaría ubicada en la calle Lavagna entre 25 de Agosto y Rodó, a cerca de cien metros del Arroyo Maldonado, si bien se mantiene la reserva de todos los entrevistados, que declararon respetar así la voluntad de los moradores de la construcción impactada por el trozo de roca espacial.

Otra imagen del aerolito que pesa 712 gramos.
Tancredi, encargado de la investigación junto a expertos en geología, agregó que es imposible de establecer cualquier previsión para estos casos de precipitaciones de piedras de pequeño tamaño, en términos astronómicos.

El meteorito que cayó en Uruguay atravesó el
techo de la vivienda y perforó el cielorraso a
una velocidad de 250 km por hora.
El meteorito cayó el 19 de setiembre por la noche pero recién ahora se hizo su difusión. No se había anunciado nada hasta que se invitó a una conferencia de prensa en la Facultad de Ciencias. Y eso, para evitar "una corrida geológica" de parte de curiosos, coleccionistas o cazadores de piedras preciosas que hicieron de los meteoritos un negocio más lucrativo que el oro.

Discretamente durante casi un mes los geólogos estuvieron en la búsqueda de otros fragmentos del meteorito, realizada en las inmediaciones de San Carlos, además de expertos de la Universidad de la República, participaron unos quince expedicionarios: aficionados, estudiantes y técnicos provenientes de Brasil.

La habitación donde cayó el meteorito
de San Carlos.
Hasta el momento no se descubrió ninguna otra muestra similar a la investigada. De cualquier forma es muy factible que haya otras rocas similares dispersas en el entorno, especialmente al oeste de la ciudad, hasta una distancia de cuatro kilómetros.

Los astrónomos y geólogos de la Facultad de Ciencias han analizado más de una veintena de rocas enviadas por personas de todo el país pensando que eran meteoritos. Pero nada que ver.

La caída de la roca espacial
La noche del viernes 18 de setiembre, el matrimonio del Barrio Lavagna de San Carlos se encontraba fuera de casa. Su hija, que generalmente ocupaba la cama de sus padres cuando estos estaban fuera, decidió permanecer esa noche en su cuarto. Se durmió sobre las 2 AM del día 19, y a la mañana siguiente se despertó sorprendida por la luz del sol que entraba desde el techo en el cuarto de sus padres.

Infografía de la caída del meteorito en
San Carlos, Maldonado.
La sorpresa fue mayor cuando encontró que una piedra negra había atravesado el techo de fibrocemento y tablillas de madera del cielorraso, quebrando la parrilla de la cama matrimonial, hasta rodar junto a la pared. La piedra era de color oscuro y de aspecto inusual, pero lo que inmediatamente pensó es que alguien había apedreado su casa la noche anterior. Los padres retornaron inmediatamente para evaluar lo sucedido y reparar los daños. Luego de limpiar los pedazos de fibrocemento y madera esparcidos por todo el cuarto, se dieron cuenta de una nueva sorpresa: al prender el TV Led apareció un extraño patrón en la imagen que indicaba que había sufrido un impacto.

Exterior de la casa  donde cayó el aerolito,
a cien metros del arroyo Maldonado.
Más tarde comenzaron las especulaciones a nivel familiar sobre lo sucedido. Consideraron que una piedra tirada hacia arriba no podría impactar a una velocidad tal como para causar los daños observados. La hipótesis de que se podría tratar de un objeto proveniente del espacio, un meteorito.

Tancredi junto a colegas del Instituto de Ciencias Geológicas, como el Lic. Pablo Núñez, analizaron la roca y encontraron lo siguiente:

El interior del meteorito de San Carlos es
diferente a la costra negra de fusión.
• presenta un leve magnetismo al ser atraída por un imán, debido a la presencia de hierro.
• tiene una costra negra en toda la superficie producto de las altas temperaturas generadas al ingresar a la atmósfera a más de 11 km/s y ser frenada por el aire, produciendo la fusión de la roca.
• presenta en la superficie marcas como huellas de dedos, denominadas regmagliptos, que son producidas por el moldeado de lenguas de aire caliente sobre la roca.
• en otra de las caras, la costra de fusión presenta el aspecto de piel de elefante, también característico del pasaje de la roca por la atmósfera.
• las zonas donde se saltó la costra por los golpes, es de color grisáceo, marcando un interior diferente a la superficie.
• en esas zonas se observa a la lupa muchas microfracturas rellenas de material oscura, marcando una estructura fragmentada, tipo brecha.
• es más pesado que una roca terrestre típica de similar tamaño, lo que implica una mayor densidad. Mediciones posteriores dieron una densidad 3.4gr/cm3, superior a la mayoría de las rocas terrestres.

El televisor Led quedó arruinado por el
impacto del objeto espacial o de un
fragmento del cielorraso.
La familia entregó la roca a la Facultad de Ciencias para su estudio, comprobándose que se trata del “Primer Meteorito Uruguayo” (aunque existió otro que fue robado con anterioridad). Pero además, es la primera vez que un impacto de un aerolito destruye un aparato electrónico como un TV. Se estima que la roca impactó el techo a una velocidad del orden de 70 m/s (250 km/h).

Tancredi indicó que básicamente existen dos tipos de meteoritos: los metálicos y los rocosos. Los primeros son más densos y están compuestos, principalmente, de hierro y níquel; mientras que los rocosos tienen silicatos y una menor proporción de hierro y níquel.
En cuanto a lo de "tipo brecha", el científico dijo que se debe a que su estructura interior es "totalmente fragmentada".

Gonzalo Tancredi, profesor  del Dpto. de
Astronomía de la Facultad de Ciencias de la
Universidad de la República (Udelar).
Actualmente se está realizando un análisis químico y petrológico del objeto con el fin de establecer una clasificación más específica de la pieza, la cual aportará más información acerca de su "origen y su edad".

Un meteorito de 60 kilos que fue robado
En Uruguay existió otro meteorito cuyo conocimiento público fue en Durazno en 1985. En esa época, el profesor de Astronomía Mario Graside, del colegio San Luis, les mostró a sus alumnos un viejo libro con fotografías de meteoritos.

Uno de los estudiantes levantó la mano y comentó que había visto una roca como la del libro en el campo de su padre, localizado en el departamento de San José. El alumno era Susano Arturo Almada, tenía 16 años y estaba en cuarto año.

"Yo tengo un meteorito en casa", dijo Almada. El profesor sonrió y le pidió que lo llevara al liceo. Pasaron las vacaciones de julio y el alumno apareció con una mole que pesaba por los menos 60 kilos.

Único fragmento de 930 gramos que queda
del meteorito uruguayo hallado en Mal
Abrigo, San José.
Contó que su padre lo había encontrado años atrás en una chacra que araba con frecuencia y que él mismo había visto la caída del cuerpo proveniente del espacio exterior. Era un meteorito que cayó en una chacra de Mal Abrigo, San José, a fines de los años de 1970. Lo rescataron, estuvo bajo un árbol varios años hasta que lo llevaron al liceo.

"Recién se había ocultado el sol y yo estaba jugando en el patio de casa cuando de pronto veo una luz muy blanca que se cruza de oeste a este. Se lo dije a mis padres pero no me dieron bolilla", contó Almada al diario El País.

Extraer la piedra de la tierra le costó una hernia a su padre que con mucho esfuerzo la subió al tractor y la llevó a su casa, la dejó debajo de un árbol hasta que su hijo le pidió llevarla al liceo. Antes le quitaron un trozo que pesó casi un kilo.

Subieron la mole a la camioneta familiar y la llevaron al colegio. El profesor y los alumnos la examinaron y compararon con la bibliografía existente en Durazno. A fuerza de martillo y cincel lograron sacarle un trozo. Encontraron "burbujas oxidadas", según narró el docente a El País. Así fue que el profesor y sus alumnos concluyeron que estaban frente a un meteorito.

Ilustración de un meteorito ingresando
a la atmósfera terrestre.
Más adelante se hizo una reunión en Durazno de profesores de Astronomía y los colegas de Graside también coincidieron en que aquella roca era un meteorito. Pasaron los años y Almada pasó al liceo público para hacer el Bachillerato. La roca terminó en el aula de Astronomía del liceo, luego nunca más se la vio.

Un día de 1992 se presentó un hombre al liceo que dijo ser experto en meteoritos. Pidió llevarse la roca para examinarla en profundidad. Firmó unos papeles y nunca más volvió, según pudo averiguar en los últimos años Almada.

Almada solo posee los 930 gramos de roca que le quedan. Durante el año 2014 Almada estuvo en la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República. Allí le dijeron que tendría que dejar su piedra durante una semana y que cortarían un pedazo para poder examinarla en profundidad.

"Yo sé lo que tengo y no estoy dispuesto a desprenderme ni un segundo de esta piedra, ya perdí bastante con la otra. Tampoco quiero que le corten un pedazo. Esto tiene un valor que no es económico, fíjese que hasta la semana pasada esta piedra era única", dijo Almada.

Ahora existen en Uruguay los 930 gramos que tiene Almada y los 712 del meteorito que cayó en setiembre.

La primera lesión por un impacto
El primer caso conocido de un meteorito que golpeó a una persona ocurrió el 30 de noviembre de 1954 en Alabama. El meteorito Sylacauga, una piedra condrita de 4 kilogramos, atravesó la azotea y golpeó a Anna Hodges después de que la roca entrara por su dormitorio y rebotara en un aparato de radio. Sufrió lesión de cadera.

Más caros que el oro por gramo
Un meteorito vale por masa alrededor de 65 veces más que el oro. En Argentina fue subastado un meteorito por 91.000 dólares, era de hierro y pesaba 161 kg. Hay ofertas en internet de 130 dólares por uno de 0.052 gr. El precio depende de varias cosas: procedencia, contaminación, contenido de minerales o razones científicas.

Museos con riquezas espaciales
Algunos de los 35.000 meteoritos que posee
el Museo Smithsoniano.
El Museo Nacional de Historia Natural de la Institución Smithsoniana, administrada y financiada por el gobierno de Estados Unidos, tiene una de las mayores colecciones de meteoritos del mundo (más de 35.000), entre ellos siete supuestamente de origen marciano y una buena cantidad procedentes de la Argentina. Otros museos valiosos con meteoritos están en Inglaterra, Rusia, China y España.

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