Científicos australianos ha desenterrado los restos de varios tipos de ratas supuestamente extintas que pesarían unos 5 kilos y cuyo tamaño sería comparable al de un perro actual.
El Dr. Julien Louys comparando una mandíbula de rata gigante y de una rata actual. |
Hace unos escasos mil años convivieron entre nosotros inmensos ejemplares de estos roedores que podían llegar a pesar 5 kilos. Así lo han confirmado varios arqueólogos de la Australian National University tras descubrir los restos de siete nuevas especies de ratas gigantes que vivieron en la isla asiática de Timor Oriental. Las marcas de mordiscos propias de los roedores en el yacimiento donde se han encontrado los huesos llevan a la conclusión de que los roedores (los cuales se cree que podrían haber sido herbívoros) vivieron en la isla hace 46.000 años, habiéndose extinguido hace tan sólo un milenio.
Ratas gigantes habitaron en la isla de Timor desde hace 46 mil años y se extinguieron hace apenas mil años. |
Pese a que todo apunta a que los seres humanos de aquellos años se alimentaban habitualmente de la carne de estos colosales roedores, no parece que la caza desmedida sea el motivo de la extinción de estas criaturas.
El Dr. Julien Louys, miembro del equipo responsable del hallazgo, está convencido de que las ratas gigantes de Timor fueron víctimas de la salvaje deforestación provocada directamente por la actividad humana.“No hemos encontrado indicios de herramientas propias de sociedades cazadoras junto a los restos que nos lleven a concluir que fuera ésta la causa de su desaparición”.
Según Louys, las ratas gigantes se extinguieron cuando los habitantes de la isla desarrollaron herramientas de metal y comenzaron a deforestar la isla de Timor. |
De acuerdo a su teoría, la extinción de los animales coincidió con el momento exacto en el que los seres humanos desarrollaron herramientas de metal más avanzadas que les permitieron abrirse paso entre la vegetación, destruyendo en el proceso el hábitat natural de las ratas. Sin duda, una reveladora lección que todavía nos negamos a aprender sobre las terribles consecuencias para especies enteras de animales que conlleva nuestra imparable expansión destructiva por todos los rincones del planeta.