Se encuentra cerca de la ciudad de Challakere, en el estado de Karnataka. El complejo militar de más de 50 kilómetros cuadrados podrá crear bombas de hidrógeno.
India construye a escondidas una gran ciudad que le permitirá crear armas nucleares —o, incluso, termonucleares—, tras décadas de retraso en su desarrollo, según revela una investigación de los periodistas de The Center for Public Integrity (El centro para la integridad pública, en inglés).
Muchos de sus parlamentarios y algunos altos cargos del Gobierno indio no conocen qué sucede tras los muros de casi cinco metros de altura y 30 metros de longitud que rodean a un complejo de más de 50 kilómetros cuadrados que se encuentra cerca de la ciudad de Challakere, en el estado de Karnataka. Las personas que sí conocen el proyecto se niegan a hablar porque alegan que la legislación les impide revelar los datos del programa nuclear del país.
India empezó a construir este sitio en 2012, a 260 kilómetros al norte de otro centro nuclear ubicado cerca de la ciudad de Mysore, también secreto y que se desarrolló hace pocos años. De hecho, las personas que residen en la zona, la mayoría granjeros o nómadas, nunca supieron por qué les impidieron el acceso a los prados y caminos que solían utilizar.
Gracias al proceso legal que un grupo de protectores del medioambiente inició en la Alta Corte de Challakere, se ha sabido que más de 40 kilómetros cuadrados del lugar fueron asignados para que el Ejército pudiera desplegar a 2.500 soldados y admitir a otros policías y fuerzas especiales. La investigación revela que está previsto que las instalaciones comiencen a funcionar en 2016 y su construcción finalice al año siguiente.
Los expertos que hablaron con los periodistas aseguraron que Challakere será el complejo militar con material nuclear, laboratorios de investigación e instalaciones de ensayos aéreos y de armamento más grande de este subcontinente. Además de desarrollar investigaciones nucleares para el Gobierno, el recinto elaborará combustible para los reactores nucleares y propulsores para nuevos submarinos (en estos momentos, India sólo tiene un submarino atómico).
El estatus militar de Challakere impide que reciba inspecciones internacionales y provoca que el Gobierno indio no tenga que revelar los planes de producción de uranio altamente enriquecido que ejecuta allí. Sin embargo, el mayor temor de los expertos internacionales es que el país podrá desarrollar bombas de hidrógeno —es decir, armas termonucleares— y, de esta manera, entrará en el club formado por Rusia, EE.UU., Israel, Francia, Reino Unido y China.
Es comprensible que India desee propulsar su programa nuclear, ya que mantiene relaciones relaciones tensas con Pakistán —que dispone de hasta 120 ojivas nucleares— y China, que posee alrededor de 260, según estima el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (Sipri, por sus siglas en inglés).
En particular, la verdadera amenaza son las armas termonucleares que China tiene desde hace muchos años, mientras que, de momento, India sólo cuenta con entre 90 y 110 armas nucleares. Esto se debe a que, desde que el país realizó su primera prueba con una bomba atómica en 1974, EE.UU. lo castigo con un 'embargo nuclear' y frenó el desarrollo de su programa nuclear hasta el mínimo.
Sin embargo, en 2007 el Gobierno de George W. Bush sorprendió a muchos al retirar el embargo y cooperar con India en materia de armas nucleares, pese a que, hasta el momento, había impedido la entrada de inspectores internacionales a los nueve sitios nucleares que maneja su Ejército.
Para explicar el cambio de postura norteamericana, un alto cargo británico que no quiso desvelar su nombre ofreció a los investigadores una explicación convincente a esta decisión, criticada por muchos: EE.UU. busca "tener un nuevo socio estratégico capaz de enfrentarse con China".