La energía producida a base de viento, agua y sol ayudaron a Portugal a cumplir un interesante desafío, el de abastecerse durante 107 horas con energías limpias. Ya tiene el 75% de la producción eléctrica a partir de energía renovable.
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Algunos de los paneles solares en Amareleja, Moura, Portugal. |
Este pequeño país de 92.391 km², el número 111 en tamaño del mundo, con algo más de diez millones y medio de habitantes, logró durante cuatro días de mayo, funcionar solo con la fuerza del viento, del agua y del sol.
Los cuatro días seguidos funcionando con energías no fósiles, ocurrieron entre las 6.45 del sábado 7 de mayo y las 17.45 del miércoles 11: 107 horas seguidas durante las cuales se abasteció la red eléctrica del país con fuentes naturales de energía y sin emisiones de carbono.
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El Embalse de Alqueva, sobre el río Guadiana, en el Alentejo, es el mayor lago artificial de Europa. |
En este año, el 74,7% de la producción energética de Portugal proviene de las energías no fósiles, principalmente del agua (44,1%) del total de las renovables, seguida del viento (25,6%) y de la biomasa (4%); por primera vez, la producción solar rebasó el 1% del total, según los datos de la Asociación de Energías Renovables.
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Parque de molinos eólicos en el océano Atlántico en las costas de Portugal. |
La energía hídrica es hoy la más abundante en Portugal, pero irá a menos, ya que mucho del potencial energético acuático ya ha sido explotado por las instalaciones existentes. El inmediato futuro es para el viento, la tecnología más barata cuando se considera un nuevo proyecto de generación eléctrica, más barata incluso que otras convencionales como el gas natural o el carbón, según informa un portavoz de EDP, la principal generadora de energía. En el futuro Portugal espera un abaratamiento de los costes de inversión de energía solar que permitiría que esta situación se haga más común, aunque no antes de 2020.
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La central fotovoltaica Hércules, en Brinches, municipio de Serpa. |
Por el momento, económicamente, al ciudadano no le beneficia si la electricidad procede de la compra de carbón, petróleo o de la naturaleza. La factura eléctrica del portugués es, después de la del alemán, la más cara de Europa, con una carga fiscal del 42%, sólo superior a la que tienen daneses y alemanes, según datos de Eurostat. En proporción a la capacidad de compra del portugués, el precio de la electricidad y gas no tiene comparación en Europa.
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Mapa de instalaciones de energías eólicas en Portugal. |
Aparte de ventajas ecológicas, las energías renovables asientan la población rural. Se estima que se están instalando en Portugal cerca de 300 mil m² de colectores solares. Por lo general, las instalaciones suelen construirse en zonas rurales donde existen mayores recursos de viento, sol o agua. Este hecho mejora las economías rurales con la creación de puestos de trabajo, mejora de infraestructuras y un aumento de recaudación fiscal.
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Vivienda construida por una empresa portuguesa, con paneles solares en el techo genera casi la totalidad de la energía que consume. Puede trasladarse a una velocidad de 5,5 Km por hora. |
Portugal pasó de ser un país altamente deficitario en términos energéticos importando la totalidad de los combustibles fósiles que consumía (año 2005), a producir casi la totalidad de su propia energía eléctrica. Aunque aún falta para ser plenamente autosuficiente, ya que el país importa carbón, gas natural y petróleo. |
Planta portuguesa de obtención de energía por oleaje en Aguçadoura. |
En 2007 comenzó a producir electricidad la mayor planta de energía solar del mundo en Brinches, municipio de Serpa, al sur del país, poco antes de que la primera planta comercial de obtención de energía por oleaje abriera sus puertas, en septiembre de 2008, en Aguçadoura, al norte de Portugal. En 2010, por primera vez en su historia, en los primeros cinco meses tuvo una balanza comercial de energía eléctrica positiva y exportó más energía de la que importó (982 GWh contra 946 GWh). El país también está aumentando la potencia instalada en parques eólicos, hasta alcanzar los 8500 MW en 2020, mientras que la potencia hidroeléctrica instalada pasará a ser de hasta 8600 MW en 2020.