Un grupo de científicos encontraron el fósil de un tomatillo en una selva fosilizada en el Área Natural Protegida de la Laguna del Hunco, en el noroeste de la provincia de Chubut. Hoy la zona tiene un clima frío y seco, pero en tiempos antediluvianos era húmeda y de clima templado.
Los fósiles del tomatillo hallados en Laguna del Hunco, Chubut. |
Los investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania descubrieron el fósil de un tomatillo en una selva fosilizada en un Área Natural Protegida en Chubut, Patagonia argentina, en el extremo sur del continente americano.
El fruto fosilizado dentro de una capa de carbón, pertenece a una familia de plantas de la que hoy en día existen unas 85 especies del género physalis. Entre las más conocidas está el tomatillo que no hace referencia de ninguna forma al tomate rojo (del género solanum). Estos frutos originarios de América, pertenecen a una familia más amplia, las solanáceas. El grupo de las solanáceas incluye a las papas, tomates, morrones, berenjenas, pepinos, ajíes y tabaco.
Los científicos explicaron que el nuevo hallazgo mostró que los orígenes de esta clase de fruto se remontan decenas de millones de años, mucho más de lo que se pensaba.
El fósil de esta planta solanácea tiene unos 52,22 millones de años. |
El Prof. Dr. Peter Wilf, director de la investigación, informó de que el fósil encontrado es el más antiguo y para datarlo recurrieron a la edad de las rocas de origen volcánico donde quedaron fosilizados. Usaron un sistema de datación geológica que se apoya en la desintegración radiactiva del argón. Solo así, estimaron que los physalis tienen una antigüedad de 52,22 millones de años, lo que los coloca en la parte inicial del periodo Eoceno.
Hasta hoy se creía que las solanáceas se separaron del gran tronco de las plantas angiospermas, o plantas con flores, hace unos 60 o 50 millones de años. También se creía que de aquella rama surgió el género physalis, al cual no se le adjudicaba más de diez millones de años. Pero hoy estos frutos señalan que la divergencia entre las plantas data de muchos millones de años atrás, lo que obliga a cambiar todo el árbol evolutivo vegetalque contiene actualmente más de 2.000 especies.
Los datos acerca del hallazgo fueron publicados en la revista Science. A la fruta la han bautizado como physalis infinemundi, o physalis del fin del mundo.