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A DIEZ AÑOS DE LOS ATENTADOS DE MADRID, SIGUEN LAS INCÓGNITAS DEL 11 M

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El 11 de marzo de 2004 hubo una masacre en la ciudad de Madrid, el balance final fue de 191 muertos y 1.800 heridos.

Diez bombas hicieron explosión casi al tiempo en cuatro trenes de cercanías repletos de trabajadores y estudiantes de la periferia de Madrid que, como cada mañana, se desplazaban al centro de la ciudad. La número 11 por una falla técnica no explotó.

El presidente del gobierno de España, Mariano
Rajoy, la Reina Doña Sofía, y el Rey Don Juan
Carlos junto al arzobispo de Madrid, Rouco
Varela, este martes, durante el homenaje a
las víctimas de los atentados.
Este martes, cuando se cumplen diez años de los atentados del 11 de marzo de 2004, se celebró una ceremonia conmemorativa de Estado en la madrileña Catedral de la Almudena en recuerdo a las víctimas. Asistieron desde El Rey Don Juan Carlos y la Reina Doña Sofía, junto con la Infanta Elena y la Princesa de Asturias hasta el presidente Mariano Rajoy y gran cantidad de funcionarios, sumando 900 asistentes en la catedral.

A diez años de las 10 explosiones todavía quedan muchas dudas sobre quiénes estuvieron detrás de la masacre. Pese a que en un principio casi todas las miradas apuntaban a la organización separatista vasca ETA por su largo historial de atentados con bomba en el país, una teoría que fue impulsada con fuerza por el gobierno, ese mismo día comenzó a hablarse de un posible ataque islamista de alguna célula vinculada a Al-Qaeda. Sin embargo, hoy todo indica que un servicio secreto estuvo detrás de los atentados, probablemente el Mossad.

A las 7.37 horas una bomba explota en cercanías de la estación de Atocha. Apenas un minuto después se producen otras dos explosiones en el mismo tren. El caos y el desconcierto invaden los andenes y escaleras mecánicas de la terminal. Son las 7.38 cuando explotan otras dos bombas en un convoy en la estación de El Pozo y otra en Santa Eugenia. A las 7.39, cuatro explosiones más destrozan otro tren a 500 metros de Atocha. En apenas tres minutos, 10 bombas que marcaron el mayor atentado terrorista perpetrado jamás en España. Quedaban tres días para las elecciones generales en las que se elegiría al presidente que iba a sustituir al conservador José María Aznar, del Partido Popular, y a nadie se le escapaba entonces que el atentado tendría consecuencias políticas claras.

Los Reyes de España durante la ceremonia
fúnebre de hoy en la catedral de la Almudena. 

La homilía estuvo a cargo del cardenal 
Antonio María Rouco Varela.
Hay cierto consenso en considerar que, de confirmarse el origen islamista, la opinión pública vincularía el atentado con el apoyo del presidente Aznar a la guerra de Irak.No está tan claro si al conservador Partido Popular le beneficiaba políticamente que hubiera sido ETA, aunque cabe pensar que hubiera propiciado cierto sentimiento de solidaridad después de que se posicionara públicamente como azote de esa organización.

Diez años después todavía permanece parte de aquel ruido mediático principalmente porque, como en cualquiera de los grandes atentados registrados en occidente (Nueva York 11S o Londres 7J), en los de Madrid también existen detalles sin esclarecer, sobre todo si los autores actuaron por motus propio o alguien dio la orden.

La versión oficial
Según la investigación judicial, un grupo de radicales islamistas colocó trece mochilas bomba -tres no explotaron- en cuatro trenes de cercanías de Madrid en la estación de Alcalá de Henares.

El juez del 11-M, Javier Gómez Bermúdez,
"no podemos decir a ciencia cierta quién
ordenó la masacre", señaló.
El juez JavierGómez Bermúdez considera que ya nadie cree que ETA está detrás de los atentados. La investigación no halló pruebas de vinculación alguna con ETA. Pero persiste una duda. "No podemos decir a ciencia cierta quién ordenó la masacre", señaló ayer el presidente del tribunal que juzgó el 11-M, Gómez Bermúdez.

Las bombas, que contenían tornillos y clavos para hacer de metralla estaban fabricadas supuestamente, a base de dinamita -conseguida en una mina de Asturias (norte)- y un detonador que era activado por un teléfono celular, en concreto la alarma despertadora.

Las explosiones se sucedieron entre las 7:37 y las 7:40. La primera en la estación de Atocha, donde murieron 35 personas; no muy lejos, en la calle Téllez, perdieron la vida 63; en la estación de El Pozo, 65; y en la de Santa Eugenia, 14. El resto, hasta completar 191, murieron en hospitales víctimas de las heridas sufridas.

Al día siguiente, según la versión oficial, se encontró más bien por casualidad una de las mochilas que no hizo explosión en El Pozo.

La tarjeta teléfonica que había en esa bolsa fue la principal pista que llevó a la policía a un apartamento en la ciudad de Leganés, a las afueras de Madrid, donde se resguardaba una supuesta célula islamista que la sentencia de la Audiencia Nacional considera los autores.

El 3 de abril, la policía rodeó a los presuntos responsables. Éstos los recibieron con disparos primero y, en el momento del intento de asalto de los agentes, el departamento estalló en una enorme explosión que acabó con las vidas de siete sospechosos y con la de un subinspector.

En el apartamento, la policía encontró cintas de vídeo en las que reivindicaban los atentados y que es muy probable pudieron ser plantadas para inculpar a los ocupantes del piso.

Hasta aquí, el relato es el de los hechos considerados probados por las autoridades judiciales españolas, después de una investigación plasmada en un sumario que tiene más de 100.000 folios y que descarta cualquier vínculo de ETA.

Sin embargo, esa versión oficial en su momento -no tanto ahora- fue fuertemente contestada por determinados medios de comunicación de línea cercana al PP y por el propio gobierno.

Pese a que entre los funcionarios judiciales y policiales que llevaban la investigación oficial fue imponiéndose la hipótesis de los musulmanes, el presidente José María Aznar seguía insistiendo en expresar sus dudas de que hubiera sido ETA incluso tiempo después.

Esa versión fue alimentada sobre todo desde el periódico El Mundo y la cadena de radio COPE -propiedad de la Iglesia Católica- que pasaron años insistiendo en vincular a la organización vasca con los atentados, llegando a acusar a la policía de falsificar pruebas para que nada vinculara al 11-M con ETA.

En la COPE, el entonces periodista estrella Federico Jiménez Losantos llegó a hablar de una conspiración del entonces opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE) para que su candidato, José Luis Rodríguez Zapatero, ganara las elecciones.


El 14 de marzo de 2004, tres días después de ser golpeados por los atentados, los españoles fueron a las urnas y el candidato socialista fue elegido nuevo presidente, pese a que el PP estaba por delante en las encuestas hasta que ocurrió el atentado.
La conspiración
Uno de los elementos fundamentales de quienes refutan la tesis oficial fue poner en duda una de las mochilas que no fue activada porque supuestamente el explosivo no estaba dentro cuando fue encontrada y sí en la comisaría a la que después fue trasladada.

Además, el diario El Mundo contaba con las confesiones de José Emilio Suárez Trashorras, exminero condenado por haber facilitado los explosivos de los atentados, y que implicaba no sólo a ETA sino también al PSOE.

En 2006, el diario El País publicó una transcripción de una conversación que Trashorras mantuvo en la cárcel durante una visita de sus padres a los que parecía confesarles que había mentido por dinero. Posteriormente, en una reciente entrevista con El Confidencial, el minero reconocía que "lo de implicar a ETA en el 11-M fue una tontería" y aseguraba haber dado versiones "para distraer".

Por su parte, El Mundo dice en un editorial que se considera atacado "por no conformarse con la verdad oficial", afirma haber sabido "reconocer algunos errores" pero dice que su "intención es seguir indagando en la búsqueda de la verdad".

Y aunque la confrontación de versiones mediáticas en torno al caso no ha parado diez años después, cada vez hay más dudas en torno a la autoría de los ataques.

Este lunes, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, del conservador Partido Popular -que está de nuevo en el gobierno-, consideró "evidente" que la masacre fue obra de yihadistas y descartó la autoría de ETA.

Pero aunque el caso ya fue juzgado, aún hay detalles que se desconocen, como quiénes fueron los que llevaron en una furgoneta las mochilas hasta Alcalá de Henares y las colocaron en los trenes o quién es el octavo fallecido en el piso de Leganés.

Entre las incógnitas que persisten, sigue sin estar del todo claro si se trató de un grupo de "lobos solitarios" o respondían a instrucciones de alguna estructura superior.

El magistrado de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez, presidente del tribunal que juzgó el caso, considera que no hubo "una orden directa de Al Qaeda de cometer el atentado", ni en los procedimientos usados.

"Que se votara dos días después fue nuestra desgracia", sostiene Pilar Manjón, presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, que perdió en el atentado a su hijo de 20 años. "Nos convertimos en molestos para la clase política. El PP nos vio como culpables de su fracaso político. Y el PSOE marcó distancia con nosotros, como si temiera que cuidarnos los haría sospechosos."

Un atentado de falsa bandera
Todo indica que no fueron ni miembros de la Eta ni miembros de Al Qaeda.
   
Uno de los acusados por los ataques del 11-M afirmó que quedó implicado "por venganza". Se trata del marroquí Jamal Zougam, principal sospechoso de haber “colocado” los explosivos en uno de los trenes. Dice que lo acusaron por no colaborar con la policía. También el sirio Basel Ghalyoun, otro presunto terrorista, negó su participación en los hechos.

El marroquí, presunto autor material de los ataques, negó pertenecer a Al Qaeda y dijo ser víctima de una venganza por no haber querido dar información a las autoridades.

"Me han sentado en un juicio por un atentado con el que no tengo nada que ver. Pudiera ser por venganza. Todavía no sé por qué estoy en este juicio", dijo Zougam en la Audiencia Nacional por el caso del 11-M.

Zougam, relató cómo en dos ocasiones le ofrecieron la posibilidad de convertirse en confidente de la policía y del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), para informar de los movimientos de la comunidad musulmana en la capital de España. Pero las dos veces se negó a hacerlo.

La primera de ellas fue tras ser interrogado a petición de las autoridades francesas, que seguían una supuesta red islamista en los meses previos a los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos. Y La segunda fue cuando unos policías le ofrecieron beneficios para él y su familia a cambio de información sobre los movimientos de sus compatriotas en Madrid.

"Me propusieron trabajar para ellos y les dije que no valía para ese trabajo", explicó Zougam, quien detalló que un hombre le insistió de tal manera que accedió a quedarse con su teléfono y a llamarle si se enteraba de algo.

"Me dio el teléfono y nunca le llamé. Esta persona, dos o tres días después de la detención (tras los ataques del 11-M), me dijo (...) 'si hubieras colaborado con nosotros no te hubiera pasado esto'", aseguró.

Por esta razón, continuó: "Entendí que era una venganza, porque yo no tenía nada que ver con este atentado ni con ningún otro".

Como ya hicieron los tres procesados anteriores en declarar, Zougam negó cualquier relación con ataques o con grupos armados islamistas y condenó la matanza del 11-M.

"Condeno este atentado rotundamente. No estoy de acuerdo ni con este atentado, ni con ningún atentado que termine con la vida de personas inocentes por motivos religiosos, políticos u otros", manifestó Zougam.

Para tratar de hacer más creíble la hipótesis “musulmana” se intentó involucrar a un sirio, de nombre Basel Ghalyoun, otro de los 29 acusados por los ataques. También él dijo que no participó en los ataques y aseguró que fue reconocido por medio de "una foto manipulada".

Ghalyoun, de 26 años fue señalado en una primera rueda de reconocimiento por uno de los pasajeros de los trenes atacados, que luego no pudo reconocerlo en una segunda rueda.

"Este testigo sólo señaló a mi foto, del año 2000 cuando tenía 20 años, y es muy antigua y diferente en el momento de mi detención", afirmó.

"Esta foto está manipulada, está muy enfocada, está manipulada a través de un programa informático", explicó el acusado.

Los peritos que analizaron los explosivos del 11-M, incapaces de ponerse de acuerdo
El informe de los ocho peritos sobre el explosivo del 11-M no coincide. Como era de esperar, los cuatro peritos designados por las partes difieren de lo que sostienen los cuatro de la Policía y la Guardia Civil (dos de cada cuerpo).

Pero todos coinciden en que no se puede determinar ni la naturaleza ni la cantidad de explosivo que estalló en los trenes. También concluyen que las muestras analizadas son insuficientes y se encuentran en un grado pésimo de conservación como para poder concluir nada seguro sobre ellas.

Los peritos de Policía y Guardia Civil y uno de parte (cinco en total) apuntan a que el explosivo usado por los terroristas el 11 de marzo es Goma 2, aunque ninguno se atreve a asegurar que sea Goma 2 ECO, como dicen el juez instructor, Juan del Olmo, y la fiscal, Olga Sánchez. La presencia de dinitrotolueno (sustancia ajena a la Goma 2 ECO y presente en la Goma 2 EC) en la mayoría de las muestras impide determinar qué tipo de "goma" estalló.

Sin embargo, tres de los peritos de parte sostienen que no hay base científica para decantarse por la Goma 2 y apuntan incluso a la posibilidad de que la dinamita que estalló en los trenes fuera Titadyn, el explosivo francés robado y usado frecuentemente por ETA.

Aunque el documento aglutina 2.397 folios, las conclusiones quedan recogidas en 222. Cada perito expone su interpretación de los análisis practicados desde el pasado mes de febrero a 97 muestras de explosivo. Algunas de ellas proceden de los focos de explosión y otras están intactas (no explosionadas), como el explosivo de la mochila de Vallecas, la Renault Kangoo, la vía del AVE, las muestras patrón de Goma 2 ECO enviadas por la fábrica MAXAM S.A. (Unión Española de Explosivos) o la muestra del Titadyn incautado a dos etarras el 28 de febrero de 2004. Entre las pruebas realizadas, cromatografía de gases y espectrometría de masas.

Respecto a los explosivos "intactos", la Guardia Civil apunta que "su composición analizada es compatible con la de una dinamita Goma 2 ECO u otras dinamitas goma de base nitrato amónico y nitroglicol".

Dinitrotolueno y nitroglicerina
Las conclusiones de los peritos se centran, sobre todo, en justificar la aparición de dinitrotolueno (DNT) en la mayoría de las muestras y nitroglicerina (NG) en nueve muestras no explosionadas. Los peritos de parte apuntan a su relevancia en la composición resultante y los de Policía y Guardia Civil lo consideran agentes contaminantes fruto del paso del tiempo o de las condiciones de almacenamiento de las pruebas.

Los peritos de parte critican que la mayoría de las evidencias haya sido lavada con agua y acetona tras los análisis practicados hace tres años, tras los atentados.

Precisamente, la Policía rescata las pruebas practicadas entonces y ratifica su validez. La diferencia de los resultados obtenidos ahora les sirve para justificar que el paso del tiempo y el tipo de almacenaje han deteriorado su composición.

La policía y la Guardia Civil apuntan a otros fenómenos como pruebas de ese deterioro. Por ejemplo, que hay tres muestras de un mismo cartucho intacto (colocado en la vía del AVE) con diferentes resultados. Una (la M-10-1-C), conservada por los Tedax de la Policía, ha dado positivo en DNT, y las otras dos (M-9-5 y M-10-2), conservadas por la Guardia Civil, han dado negativo. Estas dos son las únicas muestras de explosivo no explosionado que no registran DNT y la Guardia Civil lo atribuye a que estaban guardadas en tubos de cristal herméticos tipo 'Falcon', en vez de en bolsas de plástico y sobres de papel, como el resto de pruebas.

De las "bien conservadas", señalan que los componentes son los mismos, y sustancialmente en los mismos porcentajes, que los de una dinamita Goma 2 ECO. Para uno de los peritos de parte, identificados sólo por su número de DNI, en este caso, el 12151358-K, no hay "ninguna explicación científica" para justificar esta disparidad.

Por otro lado, destacan las piedras (M-9-9) que tapaban el artefacto explosivo en la vía del AVE han dado positivo en DNT. También, un gel de naturaleza no explosiva contenido en una bolsa cerrada (M-10-3-B), que dio positivo en nitroglicol y DNT cuando en origen no lo tenían. En la muestra M-10-3-A, que es cocaína contenida en una bolsita de plástico, se detectan restos de nitroglicol y DNT.

Por lo demás, los dos peritos de la Policía Nacional, que firman un informe conjunto, no entran a explicar su tesis sobre que el explosivo de los terroristas fuera Goma 2, como dicen.

Para la Guardia Civil, la presencia de DNT en 24 de las 26 muestras de explosivo "intacto" y la existencia de nitroglicerina en nueve de ellas se debe a una contaminación. El bajo porcentaje de estas sustancias, señalan, hace que queden descartadas de la composición original. La existencia de grandes cantidades de nitrato amónico y nitroglicol es lo que tiene valor para la Guardia Civil.

Respecto a los focos de las explosiones, los peritos de la Guardia Civil, que también firman sus conclusiones juntos, dicen que en ellos se detectó DNT, sustancia ajena a la Goma 2 ECO. Sin embargo, la atribuyen a la porosidad de las bolsas en las que estaban guardadas las muestras.

Nitroglicerina en el polvo de extintor
La muestra más polémica es la de polvo de extintor tomada en uno de los vagones que estallaron en la estación de El Pozo (M-1). Es la única evidencia recogida en los focos que no ha sido lavada con agua y acetona. Y tiene nitroglicerina (un 0.034 %), que es uno de los componentes del Titadyn. Además, contiene otros de elementos de esta dinamita, como el dinitrotolueno (0.0022 %) y el dinitroglicol (0.014 %).

Según el perito con DNI 12151358-K, el más crítico con el trabajo de la policía y con las condiciones en las que se han practicado los nuevos análisis, "la nitroglicerina que aparece en la muestra M-1 no proviene de una dinamita "contaminada" con este compuesto, ni con el DNT, sino de una dinamita que lo contenía como componente".

Por ello, el perito con DNI 1.457.157 concluye que "la presencia conjunta en la muestra M-1 de DNT, dinitroglicol y nitroglicerina, componentes de Titadyn, indica que es altamente probable que este explosivo haya estallado en el foco nº3 de la estación de El Pozo. Además, descarta que el explosivo sea Goma 2 ECO por la existencia de DNT "en gran parte de las muestras de focos analizadas".

El perito con DNI 26722108-H concluye directamente que "en las estaciones se utilizó un explosivo cuya composición se asemeja más a la muestra de Titadyn de referencia, analizada en esta pericia, que a las muestras de Maxam (Goma 2 ECO), analizadas igualmente en la misma". Para el perito 22 411 749 C, la composición cualitativa de los focos y los resultados de la muestra M-1 no permiten identificar el tipo de material que explosionó en los trenes.

Entre las conclusiones objetivas, encontramos que "los componentes explosivos volátiles que forman parte de la composición del Titadyn (nitroglicol, nitroglicerina y dinitrotoluenos), difunden a través de las bolsas de polietileno, pero no de los tubos de plástico tipo 'Falcon'".

Por último, cabe destacar la metenaminadetectada en los análisis. Policía y Guardia Civil justifican su presencia porque surge como reacción química en el cromatógrafo de gases en el que se practica una de las pruebas. Sin embargo, los peritos de parte señalan que la ausencia de dicha sustancia en parte de las muestras hace imposible determinar su origen y apuntan que el laboratorio de Policía "no tiene un método fiable y contrastado para determinar la metenamina en explosivos".

La obsesión por el titadyne viene de que ETA tenía en su poder cierta cantidad de ese explosivo. Pero la obstinada realidad es que en los trenes explotados se encontraron rastros de Goma 2 ECO que son los explosivos que utiliza un servicio secreto como el Mossad.

El que fue Jefe Provincial de Madrid de los Tedax en 2004, realizó un testimonio cuanto menos revelador en el juicio del 11-M. Según este policía, después de toparse con una de las mochilas “trampa” de Atocha, él y sus colegas Tedax pensaron que, viendo el estado en que habían quedado los trenes, podrían contener un explosivo de alta potencia (el militar C4, para entendernos) señalando además esos Tedax algunas cuestiones de orden técnico (la velocidad de detonación del C4 andaría por los “6000 m/s de potencial de detonación” mientras que la Goma 2 ECO estaría 3000/4000 m/s).

El Jefe del Tedax afirmó que: “estos explosivos plásticos, el C4, tienen una característica, y es que al detonar provocan un denso humo negro, pero en el caso de la mochila de Atocha el humo no fue negro sino más bien blanco, que es señal de estar fabricado con nitratos”, remarcando, de nuevo, a preguntas de una letrada, que el humo de la explosión del C3-C4 es “totalmente negro”. Según el jefe del Tedax “en este caso nos llamó poderosamente la atención porque todos estábamos esperando ver un humo negro y sólo vimos humo gris tirando a claro”. Inclusive otro tedax de la policía que intervino en Atocha tenía también la opinión de que se trataba de “alto explosivo”.

Así pues, de acuerdo con lo declarado por el Jefe del Tedax, y viendo el famoso y único video que captó imágenes de la explosión de los trenes, desde una escalera mecánica en la estación de Atocha, sus afirmaciones desmontarían total y absolutamente (sin querer) la patraña de la goma 2 Eco, la dinamita, la nitroglicerina o el titadyne y confirmaría en todos sus extremos la única teoría a la que nadie, desde ambas tesis mentirosas (ETA-Al Qaeda), ha querido agarrarse: el uso de explosivo militar C4 en los atentadosy, por ende, dejaría la puerta abierta a la participación activa de un servicio secreto extranjero en los atentados terroristas.

La teoría más plausible en el atentado del 11-M, como la causante primera y última de las explosiones de los trenes de Atocha, es la utilización, muy profesional, de explosivo militar (C4). Porque, ya se tratase de Goma 2 ECO o de Titadyn, estos explosivos nunca hubieran roto por sí solos la estructura de la base de los vagones, ni hubieran abierto los mismos como si se hubiera utilizado un abrelatas. Pero claro, esto último del C-4 no le convenía al tribunal y el fiscal jefe Javier Zaragoza, dijo literalmente en el juicio del 11-M…” ¡qué más da el tipo de explosivo que se utilizase!”, lo importante, según el ínclito Zaragoza, es que los sujetos que estaban en la jaula blindada de la AN eran los “culpables”. Asombroso sentido de la “justicia” más bananera, tercermundista y prevaricadora.

Usados como carne de cañón
Los supuestos terroristas suicidas inmolados en un departamento del barrio de Leganés llevaban unos 20 días residiendo en la calle Carmen Martín Gaite, número 40, de Leganés.

Los vecinos del inmueble lo recuerdan perfectamente «porque fue por el 11-M cuando entraron los pintores al departamento, ya que los anteriores inquilinos habían sido detenidos por la Policía».

¿O sea, que antes de que los "terroristas" fuesen a vivir allí, el departamento estaba arrendado a otros sospechosos...?

Según cuentan, el departamento de los terroristas, el número 2 del primer piso, estaba maldito. «Los anteriores arrendatarios eran unos colombianos que fueron detenidos bajo la acusación de narcotraficantes», afirma el dueño de una de las viviendas más próximas.

La Policía asaltó hace varios meses la vivienda para detenerles «y montaron una operación también muy espectacular», relata. Pero resulta que antes de éstos, hubo otros, que igualmente abandonaron la casa un día esposados. «Al parecer, también eran traficantes de drogas y la Policía se los llevó». Así que los vecinos del departamento maldito estaban desde febrero pendientes de quién entraba en la casa, con la esperanza de "tener mejor suerte".

Era un departamento en el que las fuerzas de seguridad ya habían efectuado varios operativos. ¡¡Se pintó!!    ¡¡Se arregló!! Luego lo alquilaron los supuestos terroristas suicidas para refugiarse después de su acción criminal el trágico 11-M. ¿Muy raro no?

Cuando llegó la policía, el departamento explotó muriendo todos sus ocupantes. En el desescombro del piso aparecieron explosivos, detonadores y numerosos restos humanos. Se dijo en un primer momento que habían sido tres los suicidas, pero pronto fueron apareciendo restos humanos de más cadáveres. La cifra oficial de muertos, sin contar con el miembro del GEO que dio su vida en acto de servicio fue de siete. Siete eran las personas de las cuáles se habían encontrado restos cadavéricos.

Aunque la identificación de éstos también es motivo de controversia, nos limitaremos a aceptar sin más las identidades que se corresponden con tales restos según la Policía. Se trataría, analizando los cuerpos de estos siete presuntos suicidas, de Jamal Ahmidan “El Chino”, Serhane Ben Facket “El Tunecino”, Rachid Oulad Akcha, Mohamed Oulad Akcha, Abdennabi Kounja, Asrih Rifaat Anouar y Allekema Lamari. No existe ningún testimonio de ningún testigo que haya declarado haber visto a ninguno de estas siete personas en los trenes que fueron objetivo de los terroristas en la mañana del 11 de marzo de 2004. No se ha encontrado allí ningún tipo de prueba o indicio de que ellos colocaran las bombas. De hecho, dando por buena toda la versión oficial y aceptando como válidas todas las pruebas e indicios presentados, no existe ningún dato que vincule directamente a ninguno de estos sujetos con la autoría material del atentado. Se nos ha dicho que algunos de ellos eran islamistas radicales. Que otros planeaban atentar en España. Que algunos adquirieron explosivos en Asturias. Pero ningún dato demuestra fehacientemente que ellos colocaran las bombas.

Sin embargo, entre los hechos probados de la sentencia del primer juicio del 11M, los miembros del tribunal no tienen ningún reparo en incluir, abiertamente, la autoría material del atentado a cargo de estas siete personas. Dice el tribunal, sin justificarlo de ningún modo, que es un hecho probado que los siete habitantes del piso de Leganés fueron, junto con otros, los que colocaron las bombas del 11M, asesinando a 192 personas e hiriendo a más de 1500. Habrá quien crea que el hecho de que se suicidaran en un piso al ser cercados por la Policía es motivo suficiente como para afirmar que está probado que esos siete hombres colocaran aquellas doce (trece, según la versión oficial) bombas. Aunque atente contra la lógica, quieren que la gente se lo crea.

Pero dando por bueno ese razonamiento, ¿qué hay del octavo habitante del piso? Abdelmajid Bouchar, ¿recuerdan? Bouchar está en la misma situación que sus compañeros de vivienda, con dos salvedades: la primera, que él bajó a tirar la basura, se cruzó con un agente de Policía y echó a correr, escapando de la muerte; la segunda, que a Bouchar sí hay un testigo que dice haberle reconocido en los trenes, si bien su testimonio carece de fuerza, ya que el testigo cambió su testimonio en la vista oral por no tener claro si al magrebí que vio era Abdelmajid Bouchar o Jamal Zougam.

Pues bien, Bouchar no ha sido condenado por la autoría material del atentado. No sabemos si como premio a su hazaña atlética o a la suerte demostrada por haber salvado la vida.El hecho es que mientras se afirma que sus siete compañeros de piso colocaron las bombas en los trenes, el tribunal considera que no está probado que Bouchar pusiera ninguna de las mochilas, a pesar de que se encontraron huellas suyas en documentos en el piso que explotó de la calle Martín Gaite, así como ADN suyo, etc. y de que un testigo, aunque con dudas, afirmó haberle visto en los trenes.

Abdelmajid Bouchar fue condenado por una serie de delitos menores, no relacionados directamente con la autoría del 11M, enfrentándose a una condena de 18 años de cárcel.

Pero la historia de Bouchar y el favoritismo judicial del que disfruta no terminan aquí. Algunas asociaciones de víctimas solicitaron que se ampliara la condena de Bouchar, acusándole de nuevo de haber sido autor material de los atentados. El razonamiento de estas acusaciones, como la de Doña Pilar Manjón, es evidente: si se considera hecho probado que los siete inquilinos de Leganés colocaron las bombas, Bouchar será, con más motivo, otro autor material del atentado.

Sin embargo, la Fiscalía ha desestimado todos estos recursos que perseguían ampliar la condena del marroquí. Los argumentos de la Fiscalía a la hora de encarar estos recursos en el Tribunal Supremo, son al mismo tiempo obvios y peregrinos. Dice la Fiscalía que el que hubiera ADN de Bouchar en restos de alimentos en el piso, o huellas suyas en documentos de identidad allí encontrados, no prueba que él colocara las bombas. Es obvio y también es cierto. Pero podría aplicarse el cuento la Fiscalía en cuanto a los otros siete habitantes del piso. Y tal vez Bermúdez, Nicolás y Guevara también tendrían que reflexionar acerca de la doble paradoja de Bouchar y sus compañeros.

Cualquiera diría que la Justicia no siempre es tan imparcial como debiera. E incluso hay por ahí quien se atreve a preguntar ¿quién es Abdelmajid Bouchar? ¿Es acaso un agente del Mossad?

Los asturianos también están implicados
Para quienes han seguido el juicio del 11M las condenas pueden resultar más o menos sorprendentes, pero por lo general se puede decir que eran previsibles. Son otros hechos los que han provocado que en este caso hay gato encerrado.

Por ejemplo, los acusados de conseguir los explosivos, los hermanos Toro, Antonio y Carmen, fueron declarados inocentes de todos los cargos que pesaban contra ellos. Durante cuatro años se les vendió a los españoles una compleja trama asturiana que, según se decía, era la responsable de haber suministrado los explosivos a los autores de la masacre. Ese entramado estaba compuesto por Iván Granados, Gabriel Montoya, Raúl González, Antonio y Carmen Toro, Emilio Suárez Trashorras, Javier González. Todo fue una historieta para mantener entretenido al público.

De todos los personajes de la llamada “trama asturiana”, hay tres que reunían unas condiciones óptimas para captar la atención de aquéllos que no se conformaban con los titulares de prensa: Javier González  “el Dinamita”, Antonio Toro Castro y José Emilio Suárez Trashorras. Había indicios considerables de que los dos primeros trabajaban para los servicios de seguridad del Estado. Con el tercero, Trashorras, los indicios se convirtieron en certezas y a su controlador, el comisario de estupefacientes de Avilés, Manuel García “Manolón” no le quedó más remedio que reconocer la condición de confidente policial de Trashorras. Por tanto, se ponía el dedo en la llaga sobre estos personajes, señalando algunos de los hitos policiales que marcaban el pasado de estos sujetos.

Así, Javier González había sido condenado, años atrás, por suministrar cientos de kilos de dinamita a Terra Lliure a través de ETA. Sin embargo, tal condena fue saldada sospechosamente con una multa económica de cuantía raquítica. Antonio Toro traficaba, según varios testigos, con dinamita. Y muchos le consideraban realmente el “jefe de la banda” de Emilio Suárez. Sin embargo, sus relaciones con el propio Manuel García le sacaron de más de un apuro y le ayudaron a salir de la cárcel en momentos claves de su vida delictiva. Su pasado como Caballero Legionario y sus relaciones privilegiadas con miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado le proporcionaron a él y a su cuñado, Suárez Trashorras, el manto necesario para resguardarlos de cualquier persecución policial que pudiera dar al traste con sus negocios de tráfico de explosivos, coches robados o sustancias estupefacientes.

Los hechos sugieren que Antonio Toro era cuando menos un protegido de los servicios de seguridad españoles, aunque nadie haya reconocido aún una hipotética condición de confidente de éste, al contrario que en el caso de Trashorras, el esposo de Carmen, la hermana de Antonio Toro. Los medios de comunicación ahondaron en el pasado de Antonio, explicando cómo las relaciones de su cuñado con el comisario “Manolón” evitaron la entrada del exminero en prisión en el marco de una operación por tráfico de explosivos en el año 2000 y logrando que Antonio cumpliera sólo seis de los veinticuatro meses a los que había sido condenado.

Testigos claves testificaron que Antonio Toro (y no Suárez Trashorras) era quien traficaba con dinamita. Rafá Zouhier también declaró que en su estancia en la prisión de Villabona era Antonio Toro Castro el que le ofreció grandes cantidades de explosivos. Y por si fuera poco, según la propia Policía, Toro se encontraba en Madrid el propio 11 de marzo de 2004. Toro y su hermana estuvieron presentes en las reuniones en los MacDonald’s en los que se supone que tuvo lugar la compraventa de explosivos relacionados –según la versión oficial- con el 11M.

A pesar de todos estos indicios, ni Antonio ni Carmen Toro han sido condenados en el juicio del 11M.Entiende el tribunal que el posible delito de tráfico de explosivos de Antonio ya fue juzgado en un caso anterior, el caso de la Operación Pípol y no le considera colaborador necesario en los delitos de asesinato.

Con frecuencia las piezas encajan en el 11M mucho más fácilmente de lo que la gente piensa. Se decía, antes del juicio, que Toro también trabajaba, presumiblemente, para los servicios de seguridad. Llegado al juicio mostró en todo momento una tranquilidad pasmosa, contemplando inmutable la falta de elocuencia del abogado que le habían asignado. Y tal y como vino, se fue. Libre de cualquier condena al igual que su hermana.

Su cómplice Suárez Trashorras fue condenado a casi35.000 años de cárcel, acusado de haber colaborado en el asesinato de casi doscientas personas, mientras que los Toro salieron libres de esos mismos cargos. Lo paradójico es que dentro de lo que era la trama asturiana, el esquizofrénico Trashorras no estuvo en las reuniones de los MacDonald’s con los supuestos terroristas, ni le ofreció explosivos a testigos o delincuentes como Zouhier, ni era considerado por nadie como “el jefe de la banda”. Pero como en muchos otros grupos, entre los confidentes policiales todavía hay clases.

Mucha gente cree que la investigación oficial del 11M ya ha concluido. Con la sentencia, buena parte de la sociedad cree que el caso está cerrado o casi cerrado, a la espera de que se celebren los recursos de casación en el Tribunal Supremo. Ni qué decir tiene que esta mayoría de la gente desconoce que existen varios sumarios más abiertos relacionados directamente con los atentados del 11M. Al fin y al cabo, es normal que la gente se despreocupe de estos extremos y dé por sentado que, tal y como dijo José Luis Rodríguez Zapatero en la Comisión de Investigación del 11M, “todo está claro”. Al fin y al cabo, ya hay una sentencia. ¿O no?

El problema nace cuando se le pide a uno de esos ciudadanos que escarbe un poco en dicha sentencia. Cuando se le pregunta a alguien, escogido al azar, por algún detalle concreto de la misma. No hace falta irse a los matices propios de expertos o de gremios especializados. Basta preguntar cosas sencillas y claves en el proceso. El ejemplo más claro es esa pregunta tan curiosa que casi nadie responde con exactitud: ¿cuánta gente ha sido condenada en el juicio por haber cometido el 11M o por haber colaborado en la comisión de este horrible atentado?

Sólo unos pocos son capaces de responder que de los casi treinta imputados que llegaron al juicio, de las más de ciento quince personas que fueron detenidas durante la instrucción, sólo tres han sido condenadas bien por la autoría material del atentado, bien por colaboración necesaria en ésta.

Este extremo, aunque llamativo, no es en sí mismo determinante. A fin de cuentas, la sentencia afirma (sin aportar ninguna prueba ni ningún razonamiento jurídico) que los siete suicidados del piso de Leganés (y una octava persona cuya identidad ni siquiera se aclara) fueron autores materiales de la masacre. Así que habrá quien, con razón, diga que siete más tres, ya suman diez. Y diez es una cifra aceptable de culpables oficiales.

El problema, radica en lo que sucede cuando se le indica a este hipotético ciudadano que profundice en las interioridades de la sentencia. La cuestión no es que sólo hayan sido condenados tres de los veintinueve acusados que comenzaron el juicio en la Casa de Campo. Lo paradójico no es cuántos, sino quiénes son estos tres condenados.

Las únicas personas condenadas por haber cometido los atentados del 11M o haber prestado una colaboración necesaria a los autores de los mismos son tres personas:

El primero es un pobre exminero asturiano esquizofrénico que trabajaba como confidente para el Cuerpo Nacional de Policía y cuyo controlador, el Comisario de Estupefacientes de Avilés, Manuel García, declaró durante la vista oral que daba la impresión de que su controlado le controlaba a él (sic). Este exminero (y delincuente común), llamado José Emilio Suárez Trashorras, es uno de los nombres más conocidos por los españoles en relación con el 11M. Sin embargo y a pesar de todo lo publicado, ¿cuántos conocen su condición de confidente policial? Trashorras fue condenado, entre otros delitos, por colaboración necesaria en el atentado del 11M y sentenciado a cumplir una condena de 34.715 años. Católico, por si alguien tiene dudas acerca de una supuesta faceta religiosa del sujeto.

El segundo es un magrebí que, en las mismas conversaciones telefónicas que durante el juicio esgrimía la Fiscalía para condenarle, se mofaba del Islam y de sus amigos religiosos. Paradigma del islamismo radical, vaya. Éste, bastante menos conocido, Otman el Gnaoui, fue condenado a 42.944 años por la autoría del atentado.

El tercero es un marroquí del que no consta ningún contacto personal ni telefónico con los anteriores ni tampoco con los siete supuestos autores que fallecieron en el piso de la calle Martín Gaite de Leganés y que según todos los testimonios, aunque era religioso, su comportamiento no tenía nada de radical. Se trata en este caso de Jamal Zougam, condenado a 42.922 años por haber cometido el atentado del 11M. Zougam es el único de los detenidos que llegó al juicio como imputado.

Nos basta, por el momento, constatar la paradoja de los principales condenados del 11M: los únicos tres condenados por haber cometido –o ayudado a cometer- aquella terrible matanza de tintes islamistas son precisamente lo más alejado a unos fanáticos yihadistas. Por el contrario, la sentencia del 11M ha condenado a un católico esquizofrénico español y confidente de la Policía, a un marroquí “moderadamente religioso” y desvinculado de cualquiera de los miembros de la supuesta trama y a otro marroquí del que lo único que está claro es que quienes profesan la fe islámica con fervor son motivo de mofa y desprecio para él.

Juzgue el lector si con estos tres hombres en prisión se ha hecho justicia o no por las explosiones y muertes del 11 M.

Desaparecen todas las pruebas
En el juicio del 11M se reveló que el ex comisario jefe de los Tedax Manzano, admite que destruyó buena parte del material recogido el 11-M.

Juan Jesús Sánchez Manzano consideró como simples "objetos" lo que los agentes recogieron en los focos de las explosiones y que sólo pasaron a considerarse "muestras" los que fueron seleccionados por una perito.Según ha añadido, todo aquello que no fue considerado como "muestra" se destruyó posteriormente.

De esta forma, cuando se celebró el juicio por los atentados en la Audiencia Nacional, sólo llegaron 23 muestras de los focos de explosión.

Durante las tres horas en las que Sánchez Manzano prestó declaración ante la titular del Juzgado de Instrucción número 43 de Madrid, el ex comisario jefe de los Tedax no supo aclarar por qué algunas de las muestras que sí había seleccionado y analizado la perito tampoco llegaron a la Audiencia Nacional.

La Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, acusan al excomisario y a un perito de la Policía de delitos de falso testimonio,omisión del deber de perseguir delitos y encubrimiento por ocultación de pruebas durante la investigación de la masacre.

Sánchez Manzano fue el máximo responsable de los agentes encargados de la desactivación de las bombas de los atentados de Madrid, y el que se hizo cargo de las muestras de los explosivos. Según la querella, su actuación dificultó conocer la naturaleza de las bombas y, por lo tanto, la autoría exacta de los terroristas.

En julio del 2006, el juez de la Audiencia Nacional Juan Del Olmo, le llamó a declarar debido a que desde la unidad de los Tedax se había remitido una mochila que no era la que supuestamente se encontró en uno de los tres sin estallar. Por ello, la Asociación interpuso la demanda con el fin de "esclarecer" todas las "dudas" acerca de los atentados de Madrid, según se señala en la querella.

Durante el juicio por los atentados, la agrupación de víctimas solicitó juicio del 11-M solicitaron la deducción de testimonio contra aquellos funcionarios públicos cuya labor estuvo "muy lejos" de ser reflejo de la "magnífica profesionalidad" desarrollada por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, en clara alusión a Sánchez Manzano.

El Mossad es acusado de ser el autor del atentado del 11 de marzo de 2004
El australiano Joe Vialls (1944-2005) fue uno de los más incisivos investigadores independientes de algunas de las operaciones terroristas de falsa bandera que se produjeron desde los años ochenta hasta que aconteció su muerte en 2005. Tan solo cuatro días después de la masacre de Madrid, el 15 de marzo de 2004, Vialls realizó un análisis de los hechos en la capital española que a la mayoría de los españoles les hubiera parecido inimaginable en aquellos momentos y también ahora. 

No estamos hablando de vascos de andar por casa o  musulmanes con turbante (en este caso, musulmanes escasamente devotos del Corán). Esta, dice Vialls, fue una operación muy profesional, organizada en territorio español por sujetos o equipos “durmientes”  que conocían perfectamente Madrid y con toda probabilidad habían vivido en esta ciudad la mayor parte o incluso la totalidad de su vida. Estos “organizadores” facilitaron la entrada a un equipo profesional vinculado a algún tipo de “Fuerzas Especiales” seleccionado expresamente para este “trabajo”.

Según Vialls las únicas personas con suficiente experiencia para un trabajo como este, donde el total desprecio por la vida humana es necesario para llevarlo a cabo con éxito, son los agentes del Mossad.

Como señala acertadamente el historiador suizo Daniele Ganser (supongo que otro ‘conspiranoico’ para los arquitectos de las patrañas terroristas “islamistas”), autor del riguroso y documentadísimo Los Ejércitos Secretos de la OTAN, y a propósito de la OTAN-Gladio y las falsas banderas: esto no es Roswell -el caso del extravagante “extraterrestre” de la localidad californiana- ni otras teorías conspirativas rebuscadas tan populares para la generación de Internet. Esta es la historia de un movimiento real, que la historia ha probado [en referencia a diversos atentados ocurridos en los años 70 y 80], y que ha operado en territorio europeo.

Por su profesionalismo de sangre fría, los atentados con bomba de Madrid el 11 de Marzo de 2004 dejaron todas las marcas de una operación de bandera falsa del Mossad Israelí. Uno de los aspectos más interesantes de este particular ataque de “terror islámico” fue un caso extraño en el que el plan tuvo un resultado totalmente opuesto al esperado.

Las explosiones en Madrid ocurrieron el jueves 11 de marzo del 2004, aproximadamente un año después de que 1 millón de españoles se sumaron a otros 30 millones alrededor del mundo en protesta contra la inminente invasión a Irak y en un contexto de rechazo abrumador sobre la presencia de tropas españolas en Irak.

Los planificadores del Mossad estaban indudablemente convencidos de que un ataque sin previo aviso involucrando un gran número de civiles Españoles y atribuido a “Al-Qaeda” no solo afectaría el pensamiento de la opinión pública española forzándola a alinearse detrás de la guerra contra el terror y en contra de los “terroristas islámicos”, sino que también aseguraría un nuevo mandato del Primer Ministro y partidario de la causa de la guerra, José María Aznar (tres días antes de que la invasión a Irak comenzara el 19 de Marzo de 2003, Aznar se reunió con Bush y Blair en las Azores para un largo y tendido fin de semana de conversaciones sobre cómo vender mejor a las masas la invasión a Irak).

Por estas razones el Mossad eligió el 11 de marzo de 2004, tres días antes de las elecciones generales para perpetrar su ataque sin previo aviso en los trenes de Madrid, en los cuales viajaban muchos trabajadores de clases bajas e inmigrantes.

Lo extraño es que los ataques ocurrieron exactamente 911 días después de los ataques del 11-S en Nueva York y Washington y esto fue interpretado por la fiscal Olga Sánchezcomo un clarosimbolismo Cabalístico Judío ortodoxo. De todas maneras, como hemos dicho, el ataque no tuvo la respuesta que el Mossad esperaba. Mientras que el Mossad dejó cuidadosas pistas apuntando a “Terroristas Islámicos”, la población española, lejos de culpar a Al-Qaeda, culpó a Aznar y a su gobierno por haber despertado la ira de los “Terroristas Islámicos” al enviar tropas españolas para participar en la cruzada sangrienta en Irak, por sobre la voluntad de los españoles.

Otro dato interesante de este evento es que parece bastante claro que el gobierno de Aznar estaba en total desconocimiento de que el ataque iba a suceder– (El Mossad operó aparentemente con completa independencia, lo cual requiere una significativa influencia y control) – ya que apenas ocurrido, el gobierno, sin evidencia alguna, intentó culpar al grupo separatista vasco ETA. Esto se debió a que las autoridades pensaron que era poco probable que se tratara del Mossad, visto y considerando el clima político y social del momento.

Gracias a la forma meticulosamente psicopática en la cual el Mossad lleva a cabo su trabajo, simplemente no había manera de que Aznar convenciera a la población española de que ETA era la responsable porque, como ya mencionamos, el Mossad había preparado muy bien un detallado camino de pistas de “evidencia” que señalaban a los “Terroristas Islámicos” incluyendo versos ubicuos del Corán en furgonetas estacionadas y que además los “terroristas” se habían hecho volar en pedazos en un departamento 3 semanas luego de los ataques. Todo muy oportuno.

El gobierno español tuvo pues que lidiar con una doble explosión, ya que no solo los medios fueron provistos de “pruebas” de que “terroristas islámicos” habían llevado a cabo el ataque, sino que además el gobierno de Aznar quedó expuesto por haber mentido a la población española al hacer responsable casi inmediatamente a ETA.

En una gran demostración de poder del pueblo, 11,4 millones de españoles salieron a las calles, casi el 30% de su población total. Como resultado, en las elecciones que tuvieron lugar dos días después, el gobierno socialista de José Luis Zapatero ganó de forma arrasadora, en unas elecciones de mayor participación en toda la historia de España. En la misma semana Zapatero confirmó que las tropas españolas se retirarían de Irak.

Así que el Mossad no obtuvo el resultado esperado tras los atentados en Madrid. Sin embargo, los ataques están lejos de ser el último intento de Israel por alinear a la población española tras los objetivos sionistas.

30 hechos que no quieren que sepas del 11-M
1) Las explosiones de los trenes fueron controladas a distancia y, posiblemente, disponiendo de una visión en conjunto de la ubicación de los trenes.

2) Es casi seguro que los explosivos no estaban en las mochilas sino adosados, debajo de los vagones.

3) Los trenes fueron desguazados dos días después del atentado. Esto es destrucción deliberada de pruebas. ¿Por qué permitió el juez que se desguazaran? Igual se hizo con los objetos personales de las víctimas. ¿Estaba todo claro? ¿Por qué lo permitió el presidente Aznar?

4) Los cuatro trenes que estallaron viajaban con retraso aquella mañana, ¿por qué? El nivel de puntualidad de esta línea es diariamente del 100 %. Pero ese día, algo extraño estaba ocurriendo.

5) Las cámaras de seguridad de las estaciones de tren utilizadas por los terroristas no captaron a ninguno de los sospechosos. Saltó en el juicio que no grababan permanentemente, salvo, curiosamente, unas imágenes que captaron las explosiones de los trenes desde unas escaleras mecánicas, en la estación de Atocha.

6) La famosa mochila encontrada en Vallecas no tenía nada que ver con lo que estalló en los trenes, se puso ahí adrede para llevar a la policía por un determinado camino de investigación.

7) Informes de expertos presentados en su momento demuestran que la supuesta reivindicación que hizo Al Qaeda de los atentados fue una falsificación.

8) Los supuestos terroristas que supuestamente participaron en la matanza no eran suicidas. Sin embargo, días después de los hechos se inmolaron en una vivienda de Leganés (Madrid). Se supo que aquella explosión del departamento pudo haber sido controlada y que, por tanto, no respondería al intento de suicidio colectivo.

9) Las autoridades españolas fueron adecuadamente discretas sobre todo el asunto del departamento de Leganés, Madrid,  afirmando inicialmente que "un terrorista" había aparentemente cometido suicidio en el apartamento, seguido, una hora más tarde por una demanda de "tres terroristas" cuando bomberos se habían permitido una cantidad apropiada de tiempo para recuperar más de los imaginarios cuerpos.Dentro de 12 horas las autoridades españolas estaban declarando que "Todos los terroristas (siete) incluido el líder" habían muerto en la explosión, quitando así, completamente, pulcramente el componente de miedo inducido.

10) Debe decirse que la solución "Operaciones Especiales" a esta amenaza masiva nacional fue ingeniosa. ¡Falsificando el explosivo 'suicidio de los cinco imaginarios 'terroristas nombrados por Estados Unidos e Israel, España castró completamente todos los cabos sueltos que dejaron los agentes del Mossad tras el atentado del 11-M!

11) La realidad es que no existen pruebas de peso para acusar a los detenidos por el 11-M. Personas inocentes están pagando en la cárcel por el 11 M. Son cabezas de turco, de origen marroquí y español, manipulados para ser utilizados como cebos a la hora de construir una patraña terrorista que oculte a los verdaderos autores.

12) Con el ánimo de cerrar el caso herméticamente y de aparentar que no podía quedar un resquicio para la duda, los responsables policiales y judiciales exageraron el resultado de la “investigación” hasta lo grotesco: 80.000 folios de sumario, 116 imputados, 400 “pruebas” y 200 perfiles de ADN. Pero atención: aunque pueda parecer increíble, a pesar de este gigantesco volumen de información inventada, no hay que ser un lince para deducir que la supuesta mochila que no estalló, el uso de móviles, el artefacto del AVE, la cinta de video junto a la mezquita, la operación de Leganés, la implicación de una red de tráfico de explosivos desde Asturias y absolutamente todos los demás aspectos de la “investigación” oficial no son sino colosales patrañas cuyo único objetivo es ocultar la verdadera identidad de los criminales del Mossad y fabricar una explicación aceptable para la opinión pública. El tiempo demostrará que ni las personas que se dice que murieron en el piso de Leganés (¿quiénes eran?, ¿qué se hizo con ellos?, ¿qué se inhumó en los nichos del cementerio de Leganés?) ni ninguno de los detenidos tiene nada que ver con la comisión de los atentados. El carácter de confidentes y delincuentes comunes de algunos de éstos se explica simplemente por la necesidad que tenía la Policía de recolectar “culpables” entre delincuentes que podían ser procesados por otros motivos y que por tanto no iban a quedar libres rápidamente. El PP, a pesar de sus titubeos iniciales, contribuyó decisivamente a la construcción de esta explicación oficial.

13) la sentencia del 11-M es toda ella una falsedad de consenso fundamentada en una investigación que, deliberadamente, huye del propósito de hallar la verdad hasta el punto de ocultar la identificación química y la datación científica del explosivo que causó la masacre. "Por Medio del Engaño Harás la Guerra", dice el lema del Mossad.

14) La ocultación, borrado y manipulación del presumiblemente, verdadero explosivo utilizado en el atentado (el militar C4). Los destrozos observados en los cadáveres, llenos de mutilaciones, no los provoca un explosivo convencional, según los expertos. Y, por otra parte, los daños tan “limpios” observados en el metal de los coches del tren no se ajustarían a una explosión tipo Goma 2 Eco o Titadyne como los propagadores de mentiras de una y otra parte han repetido hasta la saciedad, sino a un explosivo de tipo militar, usado por Israel.

15) Sospechosa rapidez en la captura de los supuestos “terroristas islámicos”(dos días después del atentado y en la jornada de “reflexión” electoral).

16) Falta de huellas dactilares o ADN de los acusados en el escenario del crimen de Atocha.

17) El automóvil “plantado” Skoda Fabia y la furgoneta Kangoo, a la que inspeccionaron ocularmente sin ver nada en su interior, perros incluidos, y luego resultó – una vez trasladado el vehículo al llamado complejo policial de Canillas- que en la Kangoo había abundantes objetos tales como detonadores, dinamita y una cinta coránica.

18) La fea costumbre que tienen los “terroristas islámicos”, una vez cometidos los “atentados”, de ir dejando por el camino pruebas de su “participación” en los mismos.En el caso español, la ya mencionada anteriormente “cinta coránica” en la furgoneta Kangoo (más otros útiles de “trabajo”) o, en el caso del 11-s, el “olvido” de un ejemplar del Corán en un coche de alquiler encontrado en el aeropuerto Logan de Boston.

19) El operativo policial del departamento en Leganésdonde se produce un oscuro y rocambolesco “suicidio” de siete “terroristas”, donde muere también un agente. En el turbio suceso de Leganés parece hubo “precipitación y prisas” por ejecutar la operación, tanto que también a las fuerzas especiales se les olvidó filmar el asalto ¿Tal vez se había decidido no filmar porque en ese piso se había gestado, previamente, algo inconfesable?¿Es cierto que los Geo nunca filman sus peliculeras intervenciones? Eso dijo un testigo policial en el juicio, pero sonó a embuste porque los GEO siempre graban las intervenciones o asaltos que hacen a las viviendas y los envían a los canales de televisión para darse publicidad.

20) En uno de los testimonios en el juicio, un Geo que intervino en Leganés, señaló que había pedido un intérprete para hablar con los “terroristas” ¿Cuál fue la respuesta del comisario de turno? Que no hacía falta porque “los de dentro” hablaban en castellano(teóricamente, claro, si es que no estaban ya durmiendo el sueño de los justos). Pero, un momento, ¿cómo sabía ese comisario que los del piso de Leganés hablaban castellano? ¿No se supone que la policía  desconocía la identidad de las personas que moraban esa vivienda? ¿O es que tal vez si lo sabían? ¿Y por qué dijeron los geos en el juicio que usaron gas lacrimógeno antes de la explosión, si los forenses declararon no haber encontrado ninguna señal “de inhalación de gas” en los restos de los “terroristas”?

21) Respecto del GEO Torronteras, fallecido al parecer como consecuencia del impacto directo de escombros del piso explotado ¿Iba bien protegido? ¿Se metió en una ratonera inesperada? ¿Se adentró en el piso justo cuando explotó? ¿Por qué se decidió que él fuese el primero en entrar al piso? Resulta cuanto menos llamativo que todo un rosario de policías que asistieron como testigos al juicio del 11-M y que estuvieron en el escenario de Leganés (poco antes o después de la explosión) Ninguno manifestara haber visto al GEO Torronteras o, al menos, señalar que se interesasen por su estado de salud  ya que fue el más directamente afectado. El testigo policial, Tedax, nº 64388, dijo en el juicio que auxilió a los Geo en el piso de Leganés una vez consumada la “inmolación”. Incluso dice que ayudó a alguno de ellos a llevarlo en una camilla, pero del Geo Torronteras, el más grave de todos, ni le vio en pintura, ni en photoshop, ni en sueños. Es obvio que Torronteras tuvo que estar allí, por lo que resulta inentendible que ese Tedax (y otros) dijeran no haberle visto y se despacharán con un frío y nervioso “no le ví…”. Ni tampoco le viera nadie en la ambulancia, ni se oyeran testimonios de auxilio al fallecido, ni declaraciones de personal sanitario donde dijesen haber efectuado maniobras de reanimación al Geo. Nada de nada.

22) Resulta sorprendente, por otra parte, la rapidez superlumínica con que se produjo la ceremonia fúnebre del agente Torronteras (sin esperar a las 24 horas reglamentarias que establece la Ley, puesto que se hizo a las 18 horas); ¿por qué tanta prisa? ¿Esto no era ilegal? ¿Una ceremonia con escasa pompa y boato de Estado cuando en otros caídos frente a ETA los publicitaron hasta la náusea días y semanas enteras? ¿Iba el subinspector de los GEO en la caja mortuoria que se introdujo en el nicho sin nombre el día del sepelio? ¿Qué pasó realmente el 3 de abril de 2004 en aquel piso de Leganés?

23) El tema de la profanación posterior de la tumba de Torronteras, supuestamente, por “un grupo islámico” afín a los suicidados de Leganés, es el que no se sostiene por ninguna parte, por disparatado. Para empezar, el Islam prohíbe la profanación de los cadáveres de sus enemigos y los autores de la misma nadie sabe cómo pudieron entrar burlando la vigilancia del cementerio y más rocambolesco es aún cómo pudieron encontrar el nicho donde estaba enterrado el Geo, de noche, en un cementerio tan enorme como es el Sur. Con el agravante de que la lápida de Torronteras, al parecer, no tenía inscripción identificativa alguna, lo cual acrecentaría al máximo las dudas de si el Geo fue enterrado realmente en el nicho violentado.Sin duda, como dicen los conspiranoicos, los autores de la profanación de la tumba del subinspector Torronteras no pretendían otra cosa que “subrayar” la procedencia islamista de la masacre del 11-M, dejando como cortina de humo una “firma” (presuntamente indubitada) mediante un acto igualmente denigrante”. Pero es que, además, se culpabilizó a unos supuestos familiares o amigos de los “suicidas de Leganés” de la profanación. ¿Esto quiere decir que los allegados de los suicidas cogieron boleta desde Argelia, Marruecos o Tasmania para irse a Madrid exclusivamente y vengarse en un acto de ciego fanatismo? ¿Se gastaron unos cuantos miles de maravedíes sólo para aterrizar en el camposanto del cementerio Sur y ejecutar venganza contra el infiel? ¿Cargaron carretilla pico y pala y fueron teletransportados hasta el nicho, sin nombre, entre un marasmo de lápidas en plena oscuridad? ¿Qué sentido tenía la venganza contra un señor que en nada era culpable de un “suicidio” voluntariamente consentido por ellos mismos? Todo es completamente ridículo y con ribetes de demencia. Esto fue una teatral fábula-montaje de la “profanación” de la supuesta tumba del “GEO” Torronteras, donde no han sido capaces, después de casi diez años, de detener a los autores de dicha profanación, con la misma eficacia con la que detuvieron a la “trama” asturiana o detectaron el “piso terrorista” de Leganés. Para agregar más misterio, los restos del cadáver profanado fueron incinerados ¿Por qué se procedió a ello cuando se produjo la profanación y no antes? ¿Para destruir pruebas de cara a un futuro? ¿Era parte de un numerito previamente planeado? ¿Por qué la viuda del Geo, Nuria Manzano, no puso el grito en el cielo, en los medios, ante todas estas tropelías exigiendo justicia ante la muerte de su marido y la profanación de su tumba? ¿Por qué la tardanza en condecorar a título póstumo a todo un héroe nacional transcurridos tres años y, qué casualidad, a poco de comenzar el juicio del 11-M en febrero de 2007? Y aunque esto resulte anecdótico y poco relevante… ¿por qué en la biografía del geo Torronteras no consta la fecha completa de nacimiento y figura solamente el año -1962-? Toda la escenificación macabra de la profanación del cadáver del Geo, que parece sin duda algo premeditado y planificado… ¿tal vez era la continuación de algún punto oscuro que sucedió en el piso de Leganés y no lo sabemos ni lo sabremos nunca?

24) Imputaciones y declaraciones contradictorias de testigos en el juicio del 11-M, que actuaron conforme al guión establecido, algunos de los cuales declararon en contra de los acusados (falso testimonio) para beneficiarse personalmente. Por ejemplo, una rumana ilegal en España que primero fue rechazada como víctima, un año después es presentada como testigo acusando a Jamal Zougam, de ser el autor del atentado, siendo condenado a cumplir 42.922 años de cárcel. En tanto, la rumana recibió 48.000 euros y se volvió a su país donde se construyó una casa. 

25) En los días previos al 11-M se produjeron extraños movimientos en la Bolsa española que indicaban que en las altas esferas del poder financiero existía información previa sobre los atentados que iban a cometerse.

26) En los meses previos a los atentados, satélites norteamericanos fotografiaron a fruición la estación de Atocha, ¿por qué?

27) Fueron tantas las detenciones de “sanguinarios terroristas árabes”, especialmente en Cataluña, que cerca estuvieron los brillantes operativos policiales de paralizar los servicios de recogida de basura de esa comunidad, dado que a esos oficios se dedicaba la mayoría de los terroristas apresados. Para su fortuna, las sospechosas sustancias químicas que manejaban no eran sino productos de limpieza. Peligrosos terroristas detenidos en España a los que nunca incautaron armas o explosivos, pero si cosas tan temibles como ordenadores, detergente, harina, azúcar, paraguas o documentos absolutamente intrascendentes, sin duda algo susceptible para ser considerado un potencial terrorista.

28) El 11-M (al igual que lo fue el 11-S y el 7J) tiene todas las trazas de haber sido una pura y dura estrategia de criminalización contra el Islam utilizando como coartada la banda terrorista favorita de la CIA, Al Qaeda (o sus sucedáneos que operan en Pakistán, Siria e Irak. Dicha maniobra anti-islámica es bien conocida y fue diseñada en años precedentes por Estados Unidos e Israel, mientras sus títeres europeos y del resto del mundo no hacen más que seguir sus líneas programáticas.

29)¿Qué hacía la OTAN el día antes del 11M realizando ejercicios militares en Madrid? Vean el video al final de este artículo: "Madrid 11M: 911 días después".

30) Quienes resolvieron que ese jueves no hubiera universidad en todo el día ¿Sabían que algo terrible iba a suceder el 11 de marzo? ¿Trataban de que murieran menos personas?

Conclusión final
La terrible tragedia del 11 Mse trató una vez más, de una criminal operación de bandera falsa que llevan a cabo los días 11 las élites en el poder mundial, recordemos el 11 de setiembre de 2001, el 11 de marzo de 2004 en Madrid, el 7 de julio de 2005 en Londres y la del 11 de marzo de 2011 en Japón.

El 11M fue provocado por un servicio de inteligencia extranjero con complicidad de los servicios españoles. El objetivo final, igual que los atentados a las Torres gemelas, al Pentágono y el atentado del metro de Londres es hacer que la población odie a los musulmanes y apoyen la invasión de Irak. Es casi seguro que el atentado del 11M lo hicieron los mismos que del 11S y que el 11J.

El 11M no lo hizo ni la ETA, ni los GAL, ni Al Qaeda (que no existe). Fue lo mismo que el 11S y el 7J, un atentado adjudicado a los islamistas para justificar la llamada "guerra contra el terrorismo". En cuando a las elecciones posteriores, ambos, PP y Psoe, intentaron usarlo a su conveniencia, unos que eran ETA y otros Al Qaeda. Y una vez pasadas las elecciones guardaron silencio.

¿Quién se beneficio del 11S, 11M y 7J? Los árabes por supuesto no. Más bien fueron las grandes corporaciones con intereses en la guerra.

Existen múltiples similitudes entre los 3 atentados, el 11S, el 11M y el 7J. Ni hay imágenes de los terroristas (a pesar de existir cámaras cerca), tenemos furgonetas que aparecen con coranes u otras pistas islamistas, tenemos explosivos militares, tenemos la prensa agolpada para difundir la noticia al mundo (el 11M coincidía cerca de unas elecciones generales y el 7J el día después de ser nombrada Londres ciudad olímpica en 2012, en NY y Washington siempre hay prensa mundial). 3 eventos para crear el enemigo árabe que amenaza a occidente y al cual tenemos que combatir. El pretexto para iniciar dos guerras (Irak y Afganistán) y poder hacer más en un futuro (Siria, Irán, Pakistán, etc.). Para finalmente crear un Nuevo y terrorífico Nuevo Orden Mundial.

El 11M, amigos españoles, no fue mas que un golpe de estado encubierto para que los socialistas tomen el poder, metiendo miedo a los españoles residentes. Ver los votos de los españoles no residentes y veréis los resultados, que coïnden con las encuestas: los Socialistas se daban por perdidos y así fue en el escrutinio de votos no residentes. Pero estos del GAL, no dudaron en hacer lo que ni Franco hizo, una presunta masacre para coger el poder con los atentados. Pero los socialistas sabían por las encuestas que los residentes se acojonarían con un atentado, como así fue. En cuanto a lo que llaman la justicia;: ja, ja ya la tenían en el bolsillo. Se recuerdan los españolitos que Mariano Rubio, Roldán, Vera, ... son socialistas, como la famosa piluchi de los fondos reservados!!! Y mientras tanto a Felipe ahí le tenéis; la mayoría de sus cómplices en la carcel y él libre y sin cargos!!! Qué justicia tenéis los españoles, la que emana de la voluntad del incompetente presidente.Ya lo dijo alguien que estuvo en el riñón de quienes organizan los atentados: "Los servicios secretos anglosajones -británicos y estadounidenses- organizan la mayoría de los atentados terroristas atribuidos a Al Qaeda, con el fin de servir a los designios bélicos de sus países", David Shayler, ex agente británico del MI5 (Lo dijo en Bruselas, 19-11-2005).

De algo estamos seguros, en España no cierran las explicaciones "oficiales" de la tragedia sucedida el 11M.

Vea aquí el documental que revela otra cara del 11M: 

Madrid 11M - 911 días después



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