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El Bismarck hizo una escala en el puerto de Bergen, en Noruega. |
El Norfolk y el Suffolk, con una potencia de fuego muy inferior, se han mantenido a una prudente distancia pero han avisado al resto de las unidades de la Royal Navy. Mientras tanto, el Almirante Sir John Tovey, Comandante en Jefe de la Home Fleet Británica, ha estado sopesando las posibles intenciones de los buques de guerra alemanes en base a los primeros informes recibidos. Tiene en búsqueda de los navíos germanos a los destructores HMS Electra, HMS Anthony, HMS Echo, HMS Icarus, HMS Achates y HMS Antelope se han lanzado a toda máquina abandonando la base naval de Scapa Flow hacia el norte. Su misión: cubrir los puntos de acceso hacia el Atlántico Norte al sur y este de Islandia. |
El Almirante Lütjens decidió salir al Atlántico por el Estrecho de Dinamarca que separa Groenlandia de Islandia. |
A las 5:49 Holland ordena una nueva corrección de curso de 20 grados más para llegar a los 300 grados con tal de acelerar el proceso de acercamiento. Esta derrota le ofrece una mejor aproximación en tanto que le permite al Hood emplear toda la artillería de sus cuatro torretas. Sin embargo el arco de la torreta de popa del PoW, la “Y”, sigue sin poder apuntar hacia el Bismarck.En las entrañas de todos los buques a punto de entrar en combate se grita en dos idiomas distintos –inglés y alemán- la orden de“¡cargar, cargar, cargar!” los cañones principales con munición perforante anti-blindaje y sacos de pólvora extraídos desde las santabárbaras. En los puestos directores de tiro los oficiales encargados afinan sus instrumentos de disparo. Uno de éstos hombres, el Cuarto Oficial de Artillería del Bismarck, Teniente Capitán Burkhard Müllenheim-Rechberg, quien observa desde el puesto director de popa, piensa que el escuadrón enemigo se asemeja a un iracundo toro cargando sin saber contra qué.
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El HMS Hood fue el primero en abrir fuego y disparó sin dar en el blanco al Prinz Eugen creyendo que era el Bismarck. |
A las 5:52 de la mañana es el Hoodel primero que abre fuego, disparando su primera salva contra el Prinz Eugen situado a unos 22.800 metros de distancia. Treinta segundos después el PoW abre fuego contra el Bismarck desde 24.200 metros, pero sólo con una salva de sus baterías frontales.
Los alemanes no responden el fuego: Lütjens no ha dado la orden de hacerlo. Los oficiales en los puentes del Bismarcky el Prinz Eugen miran impotentes cómo un escuadrón superior al de ellos les dispara impunemente en tanto sus propios cañones guardan silencio.
El Hood y el PoWcontinúan abriendo fuego sobre sus enemigos pero las salvas caen altas o cortas respecto a los buques alemanes sin causarles daño. El PoW comienza a experimentar problemas con su torreta cuádruple de proa.
El Bismarck abre fuego
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El capitán del Bismarck Ernst Lindemann. |
A las 5:54 Holland ordena regresar al curso de 280 grados con la intención de abrir el arco de fuego de la popa del PoW. Sin embargo las salvas británicas siguen cayendo alrededor de los alemanes y éstos no responden. En ese momento, según testigos, el capitán Ernst Lindemann exclama:“¡No voy a permitir que vuelen mi barco! ¡Abran fuego!” Esto confirma el hecho de que Lütjens se encontraba paralizado en los minutos iniciales del combate. La banderola “Jot Dora” es izada en el mástil del Bismarck: la señal para abrir fuego es avistada por el Prinz Eugen que, a su vez, es el primer buque alemán en disparar a las 5:55 de la mañana. Esta primera salva alemana va dirigida contra el Hood a 20.200 metros de distancia.
Es entonces cuando el Bismarck abre fuego, asimismo, contra el crucero de batalla británico. Los británicos se percatan, desde esos primeros disparos enemigos, que los alemanes tienen una técnica muy efectiva de tiro, alternando las salvas de torretas de proa y de popa para identificar con certeza los surtidores de agua que producen las ojivas al caer en el mar. El Prinz Eugen logra en su primer salva lo que los británicos no habían podido hacer hasta ese momento: “rodear” al Hood con sus ojivas. “Rodear” significa que los tiros no era ni largos ni cortos, sino precisos y que es sólo cuestión de tiempo que encuentren su blanco. Los disparos del Bismarck caen un poco por detrás de su objetivo pero están bien orientados.
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Ilustración del impacto de un proyectil en el HMS Hood. |
A las 5:55 el PoW, a pesar de los serios problemas mecánicos con sus torretas, logra “encontrar el objetivo”: un proyectil de 356 mm. (14 pulgadas) de su quinta salva impacta el costado de babor de la proa del Bismarcky, sin estallar, sale por el otro lado en el costado de estribor. Este daño deja una abertura de un par de metros cuadrados en la proa del Bismarck, la cual comienza a inundarse con agua de mar impulsada por el movimiento del navío. Sin embargo el Bismarck es un acorazado de cincuenta mil toneladas y un daño así en medio del combate es apenas perceptible. Obviamente el PoW logra este impacto debido a que dispara sin ser, a su vez, objeto de fuego por parte de los alemanes que están concentrados con el Hood.
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El HMS Prince of Wales arde en el centro y el HMS Hood a la derecha. |
El Hood continúa disparando sus salvas sin lograr encontrar blanco cuando, a las 5:56 de la mañana, el Prinz Eugen impacta por primera vez al crucero de batalla británico. Un proyectil de 8 pulgadas desciende entre la segunda chimenea y el mástil principal iniciando un peligroso incendio en la cubierta de botes del navío. Ahora bien, en esa cubierta es donde se encuentran los lanzadores de cohetes UP y, por tanto, donde se almacenan las municiones de estos en armarios abiertos. El impacto del proyectil del Prinz Eugen provoca una reacción en cadena haciendo explotar estas municiones. Según uno de los únicos tres sobrevivientes del Hood, el marino Bob Tilburn, la cubierta queda convertida en un infierno: el Hood se encuentra en medio del preciso fuego cruzado de la escuadra alemana. En efecto, tanto el Primer Oficial de Artillería del Prinz Eugen, Teniente Capitán Paulus Jasper, como el famoso Primer Oficial de Artillería del Bismarck, Capitán de Corbeta Adalbert Schneider, han logrado “rodear” al Hood después de tan sólo una o dos salvas. Ahora se afanan en destruir progresivamente a su portentoso enemigo.
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Ilustración del Prinz Eugen. |
A las 5:57 el Hoodes alcanzado dos veces más: un proyectil de 8 pulgadas del Prinz Eugen hace impacto en la base de la torre principal, conocida como Torre Mástil, precisamente en el cuarto de acceso a la misma donde se refugian del fuego enemigo unos 200 marineros. Todos mueren en el acto y el único testigo de esta masacre es el propio Tilburn, quien también ha observado los efectos del otro impacto. Un proyectil de 15 pulgadas del Bismarck alcanza al Hood en lo alto de la torre, en el Puesto de Observación, dejando el sistema de dirección de tiro del crucero de batalla ciego.
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Ilustración del hundimiento del crucero HMS Hood. |
Aún así los británicos continúan abriendo fuego haciendo uso del control local de las torretas. La séptima salva del Hood y la novena del PoWsiguen siendo, aún, primordialmente de las torretas de proa, pero ahora la de popa del PoW puede finalmente apuntar y dispara por vez primera. Un proyectil de esta salva del PoW impacta, de nuevo, contra el Bismarck y penetra debajo de la línea de flotación (y por debajo del cinturón de blindaje) en el compartimiento XIV y detona inofensivamente contra una mampara anti-torpedo.
En este momento interviene por primera vez Lütjens, quien concluye que no se le puede permitir al PoW seguir disparando sin ser contestado. Por tanto, Lütjens ordena, a las 5:58, al Prinz Eugen que cambie de objetivo y abra fuego contra el acorazado británico. A estas alturas el Bismarcky el Hoodse encuentran dañados, llevándose el Hoodla peor parte, pero ni el PoW ni el Prinz Eugen han sido tocados.
La destrucción de Hood
Por su parte, el Almirante Holland, a las 5:59 de la mañana, ordena una última corrección de 20 grados a babor pasando de 280 a 260 grados, con lo que abre aún más el arco de disparo de las torretas de popa de sus barcos. En el Hood los marineros observan con horror el dantesco espectáculo que se aprecia en la cubierta y la base de la Torre Mástil consecuencia de los impactos recibidos hasta entonces.
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El Hood se hunde en tres minutos mientras el Bismarck ya está disparando contra el Príncipe de Gales. |
Una columna de fuego se levanta en la zona del impacto envolviendo al Hood en lo que muchos califican como una explosión sin estruendo, algo más bien parecido a un pulso grave. Un proyectil de 15 pulgadas del Bismarck ha penetrado la peligrosamente delgada armadura de la cubierta del Hood en la zona adyacente al mástil principal. El proyectil ha detonado en la santabárbara donde se encuentran almacenadas ciento doce toneladas de cordita que, al explotar, han lanzado al aire un surtidor de fuego anaranjado de casi doscientos metros de altura.Cuando el humo resultante de la explosión ha comenzado a disiparse los tripulantes del PoW observan, desolados, cómo unos cien metros de la popa del Hood simplemente se han esfumado, en tanto un infierno de salvajes llamas blancas devoran la estructura restante del crucero de batalla, el orgullo de la Marina Real y el barco de guerra más grande del mundo hasta ese letal momento.
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Ubicación del hundimiento del Hood, la joya de la corona británica. |
El superviviente más famoso del Hood, el marinero Ted Briggs (1923-2008), se encuentra en su puesto en la plataforma de señales, junto al puente de mando y, desde ese lugar privilegiado, ha podido presenciar los últimos momentos del Hood desde su propio “cerebro”. Según el testimonio de Briggs, después del estremecimiento inicial, producto directo de la explosión, el buque se ha inclinado hacia estribor, asustándolos a todos. Pero el giro se ha detenido y el buque se inclinado a continuación hacia babor. Todos respiran aliviados creyendo haberse salvado, pues ignoran que la mitad posterior del Hood ha desaparecido. Sin embargo el Hood no se ha equilibrado, sino que ha continuado escorándose hacia babor hasta alcanzar unos cuarenta y cinco grados. Todos saben entonces que el crucero de batalla está perdido, por lo que comienzan a abandonar el puente con desesperación. El almirante Sir Lancelot E. Holland permanece impertérrito en su silla con el capitán Ralph Kerr a su lado, sin tratar de escapar a su suerte, estoicos e inmóviles, y ahí fue donde Briggs los ha visto por última vez antes de huir del puente. Briggs, tal como han hecho los otros dos supervivientes, los marineros William Dundas y Bob Tilburn, simplemente se “ha bajado” del Hood cuando la cubierta ha llegado al nivel del mar y se ha echado a nadar.
Todo esto ha sucedido en menos de tres minutos. Tres minutos y el Hoodde 44.600 toneladasdesaparece bajo las olas del Estrecho de Dinamarca con una tripulación de 1417 hombres (94 oficiales y 1323 marinos e infantes de marina), sólo tres sobreviven.
El HMS Prince of Wales huye y la batalla finaliza
Una vez que el Hoodha sido hecho saltar por los aires, en gran parte gracias a su pericia, el Oficial Director de Tiro del Bismarck, Adalbert Schneider, corrige su puntería hacia el PoW. Esto no resulta muy difícil puesto que éste seguía de cerca al destruido buque insignia de Holland, siendo mínimas las correcciones fueron mínimas. Hasta ahora el PoW ha estado disparando libremente contra el Bismarck y logrado acertarle en un par de ocasiones; sin embargo eso ya no va a resultar tan fácil puesto que los ocho poderosos cañones de 15 pulgadas Krupp del Bismarck ya abren fuego sobre él.
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Foto del Bismarck desde el Prinz Eugen en el momento en que dispara sus cañones de popa hacia el Príncipe de Gales, el Hood ya ha sido hundido. |
A las 6:02 un proyectil del Bismarck“encuentra el objetivo” e impacta en el puente de mando del PoW y, aunque no explota, logra matar a todos los que ahí se encuentran menos al capitán John Leach y a otro hombre.Leach logra recuperarse a tiempo y ordena a la tripulación del puente blindado que inicien una maniobra evasiva. Pero el castigo contra el PoW continúa, pues dos nuevos proyectiles de 15 pulgadas del Bismarck vuelven a “encontrar el objetivo”: una de ellas le “devuelve la cortesía” que el PoWle hizo al Bismarck cuando acertó al centro de su casco debajo de la línea de flotación logrando un impacto idéntico, mientras que la otra destruye el centro director de tiro de las baterías secundarias de 133 mm. El Prinz Eugen también comienza acertar disparos en el PoW, y uno de sus proyectiles de 8 pulgadas impacta también por debajo de la línea de flotación en la popa.
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El HMS Prince of Wales tras huir de la batalla, muestra los impactos que le ocasionaron el Bismarck y el Prinz Eugen. |
En ese momento hasta las baterías secundarias y hasta antiaéreas, del Prinz Eugen y las secundarias del Bismarck comienzan a abrir fuego contra el PoW. El PoW, de haber continuado esta situación, pronto se habría convertido en una ruina flotante y ardiente que hubiera debido ser o abandonada o hundida por su propia tripulación para evitar que los alemanes la echaran a pique. Sin embargo varias cosas se han conjugado para salvar el día para Leach y su acorazado.
Primero la decisión del mismo Leach de abandonar el combate y, en su maniobra evasiva, lanzar una cortina de humo protegiéndose de sus perseguidores. Sin embargo la cortina de humo por sí sola no hubiese salvado al PoW de la ira de las baterías principales del Bismarck. Dos factores más se han presentado y marcado la diferencia: En primer lugar el avistamiento, por parte del Prinz Eugen, de dos estelas de torpedos, tal vez del Hood que contaba con tubos lanzatorpedos y que pudo haberlos disparado antes de hundirse. La alerta ha sido dada de inmediato y tanto el Prinz Eugen como el Bismarckhan realizado una maniobra evasiva de emergencia evitando ser impactados. El Bismarckha efectuado un viraje de 50 grados a estribor manteniendo un curso momentáneo de 270 grados, alejándose de su presa, el PoW, que navega con un rumbo de 160 grados.
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La proa del Bismarck. |
Aún así, los barcos alemanes aún tienen la oportunidad de regresar al combate y darle muerte al acorazado británico. Entonces se ha presentado el segundo factor. El almirante Günther Lütjens no ha dado la orden de reanudar la persecución, sino que ha permitido a sus navíos navegar hacia el oeste alejándose del maltrecho PoW. El capitán Lindemann del Bismarck entra, entonces, en desacuerdo con su Almirante pues solicita autorización para perseguir y hundir al PoW. Lütjens no lo permite pues se mantiene fiel a sus órdenes originales que le indican que su misión es hundir convoys y no entrar en combate con unidades de superficie enemigas a menos que sea en defensa propia. Esta posición, en definitiva, salva al PoWde una casi certera destrucción.
Así, el PoW y los navíos alemanes se alejan unos de los otros. En un lapso relativamente corto, de las 6:02 a las 6:04 el Prince of Wales ha recibido siete impactos por parte de las precisas baterías alemanas: tres veces por el Bismarck y cuatro por el Prinz Eugen. Ahora los cañones callan. Los ingleses, que han entrado al combate con una ventaja numérica abrumadora, han perdido un crucero de batalla y ha quedado dañado un acorazado; sus dos cruceros pesados, simplemente, no se han involucrado en el combate. La Batalla ha finalizado con otra derrota británica.