Hay lugares en la Tierra donde la brújula se vuelve loca. La mayor de las anomalías magnéticas, la de Kursk en Rusia, se debe a la acumulación de depósitos de hierro en las rocas. Sin embargo, la que le sigue de cerca aún es una incógnita para la Ciencia.
La República Centroafricana, sus principales ciudades y los países con los que limita. |
La anomalía, de unos 1000 kilómetros de largo por 700 kilómetros de anchoy con centro en Bangui, la capital de la República Centroafricana, fue descubierta en 1962, por los cartógrafos franceses Raymond Godivier y Lucien Le Donche, aunque ya había informes previos, de intensa actividad magnética anormal desde 1956. Fue explorada por la Oficina Oceanográfica Naval de los Estados Unidos en 1964 y en la década de 1970 con el satélite Orbiting Geophysical Observatory desde una altitud de 350–500 kilómetros. En 1973 se elaboró un mapa especial de este campo magnético con el lanzamiento del satélite Magsat desde una altura de 400 kilómetros. En 1982, Robert D. Regan y Bruce D. Marsh la bautizaron con su nombre actual “Anomalía magnética de Bangui” con un diámetro de unos 1600 kilómetros. Tiene una forma elíptica y es un verdadero misterio terrestre.
La gigantesca anomalía magnética de Bangui parece tener un inexplicable doble anillo magnético. |
Una hipótesis sugiere que se debe a una intrusión de material magnético del manto terrestre en la corteza, pero el geofísico de la NASA Patrick Taylor y sus colaboradores creen que podría ser el producto del impacto de un gigantesco asteroide hace más de 1.000 millones de años.
Por desgracia, la inseguridad de la República Centroafricana dificulta el estudio del fenómeno magnético. El país tiene un flamante presidente a partir del 30 de marzo de 2016, el profesor de Matemáticas Faustin-Archange Touadéra que prometió terminar con la violencia, reformar el aparato del Estado, la Educación, la Salud, la Justicia y las Fuerzas Armadas, y mejorar la Economía de sus pobres conciudadanos. Hay 450 mil desplazados que habitan en los países limítrofes.
Vista aérea de Bangui, la capital de la República Centroafricana. |
Francia llamó a la colonia formada en esta región Oubangui-Chari, ya que la mayor parte del territorio se encuentra en las cuencas de los ríos Ubangi y Chari. Se convirtió en un territorio semiautónomo de la Comunidad Francesa en 1958 y luego en una nación independiente el 13 de agosto de 1960, tomando su nombre actual.
A pesar de sus abundantes recursos minerales, tales como las reservas de uranio en Bakouma, petróleo en Vakaga, oro y diamantes, así como maderas, energía hidroeléctrica y tierras de cultivo, la República Centroafricana es uno de los países más pobres del mundo y se encuentra entre los diez países más pobres de África.
Tropas francesas permanecen siempre en Bangui por la inestabilidad del país o ¿para controlar la zona más electromagnética después de los polos? |
Los primeros habitantes de la zona, antaño prácticamente cubierta en su totalidad por selvas eran pigmeos Babinga y bantúes. La mayoría de los habitantes de la actual República Centroafricana se instalaron en este territorio a partir de la mitad del siglo XVIII.
Dos teorías prevalecen para explicar esta fuerte anomalía magnética en Bangui, una, que hay una intrusión ígnea del manto terrestre en la corteza y la otra que es fruto de un impacto de un meteorito gigantesco. Ninguna de las dos ha podido ser demostrada.
La anomalía magnética de Bangui es registrada por los satélites. Clic en el mapa para ampliarlo. |
Cuando se observa la República Centroafricana, aparece en el centro del país una aberración magnética masiva conocida como la "Anomalía Magnética Bangui", el nombre de la capital del país. Con 1.600 kilómetros de diámetro, es una de las anomalías más grandes del planeta después de los polos. Las brújulas literalmente se vuelven locas y también la gravedad es diferente.
En rojo la fuerte alteración magnética de Bangui, más arriba se observa la perturbación magnética de Kursk, en Rusia. |
La hipótesis del meteorito en Bangui es posible pero no está probada. El trabajo sobre el terreno en la República Centroafricana no es fácil debido a los conflictos armados en la región. El tiempo dará veracidad o negará dicha hipótesis, mientras tanto, este misterio científico perdura en el tiempo.
Por Alberto Seoane